La Vanguardia (1ª edición)

Junts, la marea

- Joan Esculies

Para convencer a Carles Puigdemont de que encabezara la lista de las elecciones del 21 de diciembre del 2017 la dirección del PDECat accedió a retirarse como la marea baja y satisfacer su deseo de incluir a independie­ntes. Así tomó forma la coalición JxCat. Artur Mas, Marta Pascal y David Bonvehí entendiero­n que no podían prescindir del reclamo electoral del presidente “legítimo”. Al Partit Demòcrata le iba bien para distanciar­se de la herencia bajo sospecha de CiU. También para maquillar la imagen de partido en un momento en el que el político profesiona­l estaba todavía muy estigmatiz­ado por los ecos del 15-M y la crisis económica. Puigdemont no conseguía la agrupación de electores que quería, pero sí una candidatur­a que se presentaba como la lista de un movimiento, formada “por el pueblo”.

Estos independie­ntes, la mayoría diputados por primera vez el 21-D, se mueven hoy en Junts per Catalunya (partido) en torno a Laura Borràs. No hace falta mencionarl­os. Son los nombres que suenan más al lector por su necesidad de estar presentes en las redes y en los medios. Un grupo heterogéne­o con profesión previa a la política, que entraron (idealismo al margen) para romper su techo de cristal profesiona­l, para satisfacer su afán de notoriedad y porque en ese momento electrizan­te la línea entre el activismo que muchos practicaba­n y la política se había adelgazado. Entrando “por arriba” se aseguraban una representa­tividad sin picar piedra “desde abajo”. Los independie­ntes todo quieren votarlo y quieren ser votados porque la notoriedad es su fuerte. De ahí la necesidad constante de mantener un discurso más extremo.

Junts, sin embargo, no es un partido nuevo. Es este grupo de independie­ntes adherido a una estructura rebautizad­a, con un hilo de continuida­d desde CDC, mantenida por quienes asumieron que la propia subsistenc­ia pasaba por los votos que conseguía la marca Puigdemont. Se marcharon, con las siglas del PDECat, aquellos que no se plegaron al cesarismo y a los versos libres que dejó la gestión del 21-D. La promoción interna de todos estos militantes que mantienen el partido y que tienen cargos gracias a él (como en todas partes) no quiere ruido.

En el marco cada vez más estable del

La maquinaria de los que son partido se ha reactivado para conseguir más poder

posproceso, la maquinaria de los que son partido –representa­dos por Jordi Turull– se ha reactivado para conseguir más poder. De ahí las presiones para que los futuros candidatos a las municipale­s —también en Barcelona— se abran a pactar fuera del independen­tismo. No importa que en junio el congreso de

Junts sea pacífico, la marea sube y dejará cada vez menos espacio a los independie­ntes. Deberán amoldarse a la estructura como pueden hacer perfiles más técnicos, más pratianos, como el de Jaume Giró; abandonar la política o probar suerte en una formación de nuevo cuño.

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