Supersticiones hay para todos; ¿nos hacemos también ‘haters’ del 17?
descuartizó contra la isla de Giglio. Y en el único del 2015 París vivió con horror su primer atentado terrorista.
Collafobia es el nombre clínico de la aversión a los viernes 13, una complicación de la triscaidecafobia o ese terror tan occidental al 13. Pero aquí, y en general en todo el mundo latino, somos más de ponernos malos cuando el 13 viste un martes (llega uno en septiembre y rematamos con otro en diciembre), mientras que en Italia el sambenito es para el 17. Y más, de nuevo, si cae en viernes como pasará en junio. ¿Razones? Las tienen.
En la antigua Roma el 17 correspondía al anagrama que sugería he vivido y, por lo tanto, estoy muerto. Tampoco gustaba a los pitagóricos porque “los 17 se yerguen entre el 16 y el 18 como un obstáculo que rompe la proporción de uno y un octavo en intervalos desiguales”. Suena bien.
Supersticiones hay para todos. ¿Qué? ¿Nos hacemos también haters del 17?c