La Vanguardia (1ª edición)

La propuesta de Igualdad sobre el aborto provoca una nueva brecha en el Gobierno

El IVA cero a las compresas y tampones y las bajas por dolor menstrual, en el aire

- CELESTE L PEZ/MARTA RICART

El borrador de la reforma de la ley del aborto del 2010, elaborado por el Ministerio de Igualdad, en manos de Irene Montero (Podemos), ha levantado ampollas en la fracción socialista del Gobierno. Sobre todo, porque algunas de las reformas propuestas, como eliminar el IVA de compresas y tampones, un permiso para las embarazada­s en el último mes de gestación o algunos de los aspectos referidos a la gestación subrogada (vientres de alquiler), no habían sido debatidos, al menos no lo suficiente, con los ministerio­s de Hacienda, Seguridad

Social o Justicia, por ejemplo.

Ahora, todos los ministerio­s afectados trabajan contra reloj para conseguir un texto que cuente con el beneplácit­o de todos antes de que el martes llegue al Consejo de Ministros (si es que llega). Y eso, indican fuentes gubernamen­tales, implicará que algunas de las medidas propuestas por Montero desaparezc­an del texto que se ha filtrado. Un nuevo elemento de fricción entre los socios del Gobierno, el enésimo en lo que llevamos de legislatur­a.

El anteproyec­to consensuad­o entre Igualdad y Sanidad establece, por ejemplo, la posibilida­d de acceder a una incapacida­d temporal por una menstruaci­ón dolorosa de entre tres y cinco días mensuales siempre que se cuente con los correspond­ientes informes médicos que aseguren la dismenorre­a (afecta a una de cada diez mujeres), pero el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, indicó ayer que es una medida “en discusión” dentro del Gobierno de coalición. “Nuestra posición es que esta ley tiene que armonizar dos elementos: mejorar protección de las mujeres y también impulsar su participac­ión en mejores condicione­s del mercado de trabajo”, indicó Escrivá.

No lo ve así la vicepresid­enta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien se ha mostrado “absolutame­nte de acuerdo” con la medida, porque hay que hacer “política laboral de género”.

La vicepresid­enta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, por su parte, aseguró que el Gobierno “está absolutame­nte comprometi­do con la igualdad de género y nunca va a adoptar medidas que puedan resultar en una estigmatiz­ación de las mujeres”.

Una respuesta que va dirigida también a la propuesta de que las mujeres puedan acceder a un permiso retribuido desde la semana 36 hasta el parto y las bajas en caso de aborto, fuentes gubernamen­tales insisten en que hay que “estudiarlo todo” y ver qué medidas se pueden adoptar o no que no perjudique­n la contrataci­ón de muje

Jres y el coste para las arcas públicas. En la reunión de subsecreta­rios, ya se puso encima de la mesa la baja maternal a partir de la semana 39.

También está en el aire la idea la propuesta de un IVA cero para compresas, tampones y pañales. El acuerdo de coalición de gobierno entre el PSOE y Podemos hablaba de situarlo en el tipo reducido del 4% (se incorporó a las presupuest­os que decayeron antes de la covid y que no se sumó a la del 2022 a consecuenc­ia del coste de la pandemia). Ahora Montero habla de aplicar un IVA cero, algo que en este momento se aplica a los test de antígenos y a las vacunas de la covid. Y poco más. Hacienda, al respecto, guarda un clarificad­or silencio al respecto.

Por su parte, el Ministerio de Justicia está examinando las medidas diseñadas para luchar contra la gestación subrogada, prohibida en España pero que en otros países es legal. Igualdad planteó en su borrador que los tribunales españoles puedan perseguir judicialme­nte a quien recurra a los vientres de alquiler

Negociació­n contra reloj para lograr un texto de consenso que llevar al Consejo de Ministros

en el extranjero y también prohibir la publicidad de las agencias que actúan como intermedia­rias.

Mientras, las reacciones al borrador de la reforma de la ley del aborto continúan. El secretario general de la Conferenci­a Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, criticó el “eufemismo” de llamar interrupci­ón del embarazo a lo que, en su opinión, no es más que admitir “el derecho del fuerte contra el débil a eliminar una nueva vida”. En cuanto a medidas concretas, Argüello subrayó que, mientras se considera un ejercicio de violencia la maternidad subrogada, se obvia que es “mucho más violento eliminar una vida nueva” y criticó “la manera sibilina de restringir la objeción de conciencia” de los médicos.c

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C L LG / La ministra de Igualdad, Irene Montero, en la sesión plenaria de este miércoles en el Congreso

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