El crimen de Héctor: tres años en busca de un asesino sin identificar
bras. El hombre le clavó la navaja detrás del muslo. Luego la pareja se marchó caminando, pero a los pocos metros, al percatarse de que las heridas infligidas podían ser graves, el agresor volvió para comprobarlo. El joven se moría, pero en vez de ayudarlo salió corriendo. En un primer momento, la policía intentó encontrar algún vínculo entre la víctima y el
Las pésimas imágenes de una cámara que captó la agresión no permiten identificar al autor de los hechos
La investigación concluyó que no había vínculo entre agresor y víctima y que el ataque fue gratuito
agresor. Buscaron enemigos, asuntos turbios, pero no encontraron nada. Fue una agresión gratuita. Ni tan solo se llevaron el portátil que los Mossos ven como el objetivo real de la aproximación del sospechoso. “Héctor era una persona muy normal, de su edad. Tenía un carácter superamable. Muy inteligente con los estudios, centrado siempre en beneficio de las otras personas y con mucho respeto con todo el mundo. Era muy dulce y con un corazón muy grande”, destaca su tía.
No se encontraron testigos de la agresión, nadie vio nada, y los que encontraron a Héctor lo hicieron minutos después de los hechos, cuando el joven ya estaba malherido. Las grabaciones de las cámaras de seguridad del banco apenas permiten intuir la silueta de los agresores y poco más. Aparece un hombre de complexión física grande, pantalón corto y camiseta ancha, acompañado de una mujer de menor estatura. Puede parecer que vuelven de fiesta de alguna de las discotecas de los alrededores.
El vídeo es la prueba principal con la que cuenta la investigación. Los Mossos también reco