Filarmonía ejemplar
Orquesta Sinfónica de la Radio Sueca
Dirección: Daniel Harding
Lugar y fecha: Palau 100. Palau de la Música Catalana (10/V/2022)
Qué más se puede decir de este trabajo en equipo de esta formidable orquesta sueca y el director Harding: filarmónicos, amantes de la música, dispuestos a hacerla y disfrutarla. Un concierto que se debería poder ver y escuchar por los melómanos, por los estudiantes de música, por los músicos y directores de nuestras orquestas… Han dejado un mensaje, sobre una forma de hacer música con compromiso. Estas orquestas de radio nórdicas son un ejemplo de cómo de una tercera fila internacional, al trabajar con buenos directores exhiben ahora en las giras un primer nivel de calidad con las tradicionalmente consideradas el máximo exponente en el género. Asumir monumentos del arte como son las sinfonías de Brahms, obras destacadas por su personalidad y definición, es evidentemente un trabajo conjunto, fundamental por supuesto la concepción del director, y también el compromiso y calidad de los atrimovimiento
Todo estuvo muy estudiado y asumido por un director que con el tiempo crece en calidad y capacidad
les. En esta ocasión, la versión que vimos y escuchamos –insisto en esta coincidencia– con un comienzo profundo y a la vez relajado en la Sinfonía nº 2, una cuerda sustanciosa, con una capacidad de canto y homogeneidad relevantes, el excelente trabajo de violoncelos en el comienzo del segundo en contrapunto con los vientos, la riqueza y calidad de maderas y oboe en particular, los matices que mostró la cuerda en conjunto y la calidez de su sonido en los agudos, la sensibilidad en timbales, y una larga lista de detalles no se obtienen solamente con una buena dirección, sino con la complicidad y el compromiso de cada instrumentista.
La tensión precisa para obtener cada sonido en la cuerda, ya entrados en la Sinfonía nº 4, la variedad –crescendo-diminuendo– de intensidades, la disciplina de conjunto de esta orquesta, la felicidad de disfrutar con los pasajes expresivos, la conjunción entre tensión y expresión sin forzar el volumen. Todo esto muy estudiado y asumido por un director que crece en calidad y capacidad con el tiempo y repertorios que le son más afines. Harding salió al escenario a compartir con su orquesta esta experiencia, seguro de la respuesta y comprometido con la expresión, y es evidente que hubo ensayos, su capacidad de diseccionar y conjuntar, de dialogar con los grupos. Y receptor también de la respuesta de cada uno (excelencias en flauta y trompas), mostrando claridad en el complejo contrapunto brahmsiano y la individualidad y armonía de las voces.c