La cara de la nueva Irlanda
Si una persona puede ser la metáfora perfecta de un movimiento, Michelle O’Neill lo es del republicanismo irlandés. La próxima primera ministra del Ulster (si los unionistas levantan su boicot) personifica la transformación del Sinn Féin, de brazo político y de propaganda de una banda terrorista (el IRA) a partido político que cambió las armas por las urnas y las ametralladoras por los votos, y un cuarto de siglo después recoge la cosecha.
A los 45 años, también representa el cambio generacional en Irlanda que ha convertido al Sinn Féin –del que es vicepresidentaen el partido más votado (29%) y con más escaños (27) en la Asamblea de Stormont, y en la principal oposición en la República. Michelle O’Neill nació y creció durante los tiempos de la lucha armada en una familia de inmejorapadre ble pedigrí republicano al sur de la frontera, en los condados de Cork y Tyrone. Su padre, Brendan Doris, fue concejal y miembro del IRA, sirviendo varias condenas en diversas prisiones, entre ellas la célebre Maze (donde Bobby Sands realizó su huelga de hambre). Su primo Tony fue asesinado en una emboscada de las SAS (fuerzas especiales del ejército británico) en 1991, y otro primo, Gareth, resultó herido en un ataque a un cuartel del ejército en 1997, cuando se estaban gestando los acuerdos del Viernes Santo.
Puede decirse que O’Neill (que tomó el apellido de su exmarido y troubles,
Madre soltera a los 16 años, cambió los estudios por la política y llevaba a sus hijos pequeños a los mítines