A todos los abuelos
Si me permiten, hoy este lector quiere rendir su humilde homenaje a ellos, a los abuelos.
A esa generación perdida que vivió una guerra mundial, una guerra civil, varias crisis y una pandemia que los aisló del mundo, de su gente y sus abrazos.
A ellos, que han vivido la soledad, que han pasado hambre, miedo y frío, una generación sin las oportunidades o comodidades que disfrutamos ahora, pero que en cambio nos enseñaron que siempre se dice buenas tardes, adiós, por favor o gracias.
Una generación que ha sabido perdonar y cerrar heridas, y siempre estaban dispuestos a ayudar o entretenernos con sus historias y leyendas, con esas tardes de pan y chocolate.
Decía Pérez-Reverte que cuando un abuelo se va, se pierde con él su mirada del mundo y no le falta razón.
Son nuestros orígenes, nuestras raíces y son el último eslabón que nos une a un mundo que ya no existe y que se irá con ellos. Si tienes la fortuna de poder hacerlo, visítalos, dales un fuerte abrazo y diles que los quieres. Sin duda, los abuelos deberían ser eternos.
Sergio Suárez Rabanal
Gijón