Amores que superan las convenciones y suman más amor a su alrededor
a por el pan y entran en el mercado. No empujan un carro para cargar para toda la semana, no podrían con ese esfuerzo. Apenas una bolsa. ¿Qué vamos a comer hoy? Para cenar, un pedazo de queso y algo de fruta.
Sean hermanos, amigos o amantes, su historia podría acompañar a las doce que ha escrito la periodista Marta Vives en Diguem-ne amor (Ara Llibres). Amores de juventud que no supieron decírselo. Amores solidarios, de vecinos, compañeros, de ayudarse. Amor y poliamor, vencer los celos, huir del sentimiento de propiedad. Amores que superan las convenciones establecidas y suman aún más amor a su alrededor. Amigas que compartieron piso de estudiantes y veinticinco años después alquilan para un fin de semana ese mismo piso, ahora convertido en apartamento turístico. Reviven recuerdos y saben que pueden contar unas con otras pase el tiempo que pase.
Vives nos invita a entrar en la intimidad de personajes y vivencias en los que podemos reconocernos en algún rincón, que nos sorprenden, que nos enternecen. Con ella pinchamos la burbuja de esas personas a las que hemos observado tomando un café en el mismo bar, con las que hemos compartido una canción, que trabajan con nosotros, que viven en la misma escalera o que vemos por la mañana temprano cogidos del brazo de camino a buscar el pan. “Sin silencio, el amor no es posible”.c