Suecia sigue los pasos de Finlandia y Putin marca las líneas rojas
El líder ruso advierte que responderá si la OTAN instala armas en esos países
La primera ministra sueca, la socialdemócrata Magdalena Andersson, anunció ayer, después de una reunión extraordinaria de su Gobierno y un debate parlamentario, que Suecia pedirá formalmente el ingreso en la OTAN, rompiendo una política de dos siglos de no alineamiento.
La decisión cuenta con el respaldo de las principales fuerzas políticas suecas y está justificada en el empeoramiento de la seguridad provocado por la guerra de Ucrania. La decisión era esperada después de que Andersson comunicara el domingo el apoyo de su partido, pese a que hace solo medio año había aprobado en un congreso general mantener su estatus de aliado pero no miembro de la Alianza. “Lo mejor para la seguridad de Suecia y de los suecos es entrar en la OTAN y hacerlo junto con Finlandia”, dijo Andersson.
El embajador de Suecia en Bruselas presentará la solicitud de ingreso ante la sede de la OTAN en la capital belga “dentro de poco”, al mismo tiempo que lo haga Finlandia, explicó Andersson.
Según sintetizó la primera ministra, existe consenso entre los principales partidos en que el ingreso en la OTAN tendrá un efecto disuasorio en el norte de Europa y es la solución más realista. “Por desgracia no tenemos ningún motivo para creer que Rusia vaya a cambiar en un futuro previsible”, dijo Andersson.
El Gobierno sueco adoptó también una proposición que posibilitará que Suecia reciba apoyo militar de todos los países de la Unión Europea y de la OTAN en el tiempo que dure el proceso de ratificación. “Suecia va a encontrarse en una situación de vulnerabilidad mientras se tramite nuestra solicitud”, dijo la mandataria.
En su comparecencia, la primera ministra socialdemócrata estuvo acompañada del líder de la oposición, el conservador Ulf Kristersson, quien aseguró que ambos asumirán de forma conjunta la responsabilidad en el proceso de adhesión a la OTAN.
A diferencia de Finlandia, en Suecia la decisión sobre solicitar el ingreso la toma el Gobierno y no se realiza ninguna votación en el Parlamento, aunque ayer hubo un debate en la Cámara en el que las distintas fuerzas políticas mostraron su postura sobre el ingreso en la OTAN, que apoya también una clara mayoría de la población, según los últimos sondeos.
Prácticamente a la misma hora en la que Andersson comparecía ante los medios, Vladímir Putin trazaba las líneas rojas del Kremlin ante la ampliación de la OTAN. “Rusia no tiene problemas con estos estados [Suecia y Finlandia] y, por lo tanto, en este sentido la expansión [de la OTAN] a expensas de estos países no crea una amenaza inmediata”, aseguró.
Otra cosa, añadió, es si esa entrada en la Alianza Atlántica va acompañada de la instalación “de infraestructura militar en esos territorios”. En ese caso, indicó, “provocará una respuesta por nuestra parte”.
Putin realizó esas afirmaciones durante una reunión de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), alianza militar de países exsoviéticos que lidera Rusia. El presidente ruso insistió al finalizar del acto en que “este es un problema que se está creando, en mi opinión, de manera completamente artificial por intereses de la política exterior de Estados Unidos”.c
Estocolmo estima que ingresar en la Alianza es la solución más realista y tendrá un efecto disuasorio