Un fallo del sistema nervioso aumenta el riesgo de muerte súbita en bebés
No se sabe por qué uno de cada 1.000 bebés en España, aparentemente sanos, muere mientras duerme durante su primer año de vida. De hecho, el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) es la principal causa de mortalidad en niños hasta los doce meses, y nueve de cada diez fallecen antes de medio año.
Hasta el momento, se conocían algunos factores que aumentaban el riesgo de este síndrome, como fumar durante el embarazo. Ahora, científicos australianos han identificado una molécula que, cuando se encuentra en niveles anormalmente bajos en el cerebro, se relaciona con un fallo en el sistema nervioso autónomo. Al parecer, este fallo reduciría la capacidad del bebé de despertarse o de responder a estímulos externos, como calor excesivo o algo que le tape la cara y le impida respirar, como una manta o un peluche. El trabajo se ha publicado en eBioMedicine , de Lancet.
La investigadora experta en sueño Carmel Harrington, del hospital de Niños de Westemad, en Australia, comparó muestras de sangre tomadas entre el 2016 y el 2020 durante la prueba del talón de 655 bebés sanos, de 26 bebés que murieron más adelante por SMSL y de 41 bebés más que fallecieron por otras causas. Y halló que una proteína, la butirilcolinesterasa (BChE), que desempeña un papel clave en el sistema encargado de funciones como la presión sanguínea y la respiración, estaba en niveles inferiores en los niños que fallecieron por SMSL.
Harrington explica en declaraciones a la red de hospitales infantiles de Sydney que “normalmente, si un bebé se enfrenta a una situación de amenaza para su vida, como dificultad para respirar, se activa y llora. Lo que nuestra investigación demuestra es que algunos bebés no tienen una repuesta de activación robusta”. Y que BChE podría estar implicada en esta falta de activación.
César Ruiz, jefe de sección de neonatología del hospital Vall d’Hebron, considera este descubrimiento “muy prometedor”, puesto que “abre una vía de investigación más para encontrar una forma de determinar qué niños están en riesgo”.
Como el SMSL sucede durante el sueño del bebé, los científicos especulaban que podría deberse a problemas en la parte del cerebro encargada de la respiración y el despertar. Y en este sentido, la molécula que se ha identificado tiene un papel clave a la hora de degradar otras sustancias que usa el sistema nervioso para comunicarse y realizar acciones, como mover un músculo. “Para que funcione bien el sistema nervioso tiene que estar compensado. Si hay demasiada activación o inactivación, se pueden producir pausas respiratorias”, señala Ruiz.
Por el momento, esta molécula está lejos de poderse utilizar como biomarcador. Aunque en el estudio
El hallazgo abre una nueva línea de investigación para tratar de prevenir el SMSL
los bebés que habían muerto por este motivo tenían de media niveles más bajos de esta proteína, también los presentaban algunos de los que sobrevivieron. De hecho, los científicos hallaron que los niños con niveles bajos de esta molécula tenían entre 1,1 y 1,5 más riesgo de morir que los bebés con niveles normales. En este sentido, fumar durante el embarazo aumenta el riesgo de muerte súbita en un porcentaje muy superior. “Seguramente, es un mecanismo, no el mecanismo que explica el SMSL”, puntualiza Ruiz.c