La Vanguardia (1ª edición)

Cómo humanizar las noticias

La propuesta de ‘Diario vivo’ llega a Barcelona con siete historias vibrantes

- MIRADOR MAGÍ CAMPS

Después de su exitosa experienci­a en Madrid, donde se lleva a cabo desde hace cinco años, ayer por la noche se estrenó el primer espectácul­o de la iniciativa Diario vivo en Barcelona. En el escenario del teatro Apolo, siete periodista­s se sucedieron para narrar cada uno una historia, mezcla de periodismo y emoción, que nació en Estados Unidos y Francia y ahora se presenta en otros países europeos.

Abrió el fuego el correspons­al diplomátic­o de La Vanguardia, Xavier Mas de

Xaxàs, que, después de seis años de correspons­al en Washington, al volver a Barcelona, como “no era de la cuerda del nuevo director”, fue destinado a la sección de local, y acabó visitando con asiduidad el zoo. Al ver a Copito de Nieve rascándose en la axila, supo por un cuidador que tenía cáncer de piel y que le quedaban dos meses de vida. La exclusiva, sin embargo, fue parada por el director por intereses políticos, y la acabó dando BTV.

La cuidadora Giovan- na Valls refirió su bajada a los infiernos de la droga, desde que en el verano de 1984 se metió la primera raya de cocaína. El periodista francés Jean Décotte recordó su peripecia informativ­a en el pueblo occitano de Bugarach, en diciembre del 2012, cuando había de llegar el fin del mundo maya y solo se había de salvar esa población.

La periodista catalana Teresa Turiera-Puigbò contó su viaje a los Balcanes después de la guerra, para recabar los testimonio­s de algunas de los millares de mujeres que habían sido violadas. Y la correspons­al de Le Figaro Diane Cambon narró la ocasión en que fue a Bilbao sustituyen­do a su jefe, pensando que debía cubrir la cata de los diez mejores vinos del mundo cuando, en realidad, formaba parte del jurado.

Màrius Carol analizó con perspectiv­a histórica los hechos de octubre del 2017, cuando era director de La Vanguardia ,ylos problemas con que se encontró a la hora de informar con ponderació­n de todo lo sucedido, especialme­nte del discurso del Rey, “que no fue empático ni daba ninguna salida”.

Esta primera sesión fue cerrada por el periodista Javi Martín (Caiga quien caiga), que vivía en la ola del éxito hasta que un día se le apareciero­n todos los miedos, la tristeza y las angustias y se planteó suicidarse. Gracias a psicólogos y psiquiatra­s, hoy convive con su trastorno bipolar y la vida continúa. Siete magníficos oradores que empiezan con buen pie esta andadura de Diario vivo, trepidante y efímera como las noticias de cada día.c

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X"Vace #ceVce" Algunos de los participan­tes

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