La Vanguardia (1ª edición)

Ni la colecta que recauda el dinero para su ex salva de la cárcel a María Salmerón

La ministra Irene Montero lamenta el calvario de esta “madre protectora”

- DOMINGO MARCHENA

La cuenta atrás sigue inexorable. La justicia es ciega. También ha sido sorda en el caso de María Salmerón, condenada a nueve meses de cárcel por la denuncia de un maltratado­r. La juez ha desoído el clamor para evitar la doble victimizac­ión de esta mujer, como sostiene una campaña en Change.org con casi 100.000 firmas para tratar de evitar in extremis su ingreso en prisión. La propia ministra Irene Montero la ha defendido.

La titular de Igualdad hizo ayer un encendido elogio de María Salmerón, a la que calificó de “madre protectora”. Otra ministra, la de Justicia, Pilar Llop, reconoció hace unos días que no había “margen” para conceder una nueva medida de gracia y que el indulto se tenía que rechazar “por imperativo legal”. Ni siquiera la colecta popular para recaudar los 3.000 euros de la responsabi­lidad civil evitará que acabe entre rejas.

Tal como estaba previsto, la mujer acudió ayer a los juzgados de Sevilla con la vana esperanza de que se produjera un milagro, pero la juez le comunicó que todas las vías se han agotado ya y le dio 15 días de plazo para que ingrese en prisión “de forma voluntaria”. Sus abogados intentarán nuevas medidas desesperad­as para retrasar la ejecución de la sentencia, pero incluso ellos admiten que hay pocas posibilida­des de éxito.

“Si me meten en la cárcel, castigarán de nuevo a mi hija. Ya le han arruinado su infancia. Le arruinaron también su adolescenc­ia. Y ahora quieren arruinarle su futuro”, ha declarado a este diario María Salmerón, que teme las repercusio­nes laborales que tendría para ella y para su hija Míriam la privación de libertad. La joven, que aún no ha cumplido 22 años, estudia Periodismo y ahora perfeccion­a su inglés en Irlanda.

“Madre protectora”. El calificati­vo utilizado por la ministra de Igualdad coincide con el de Change.org. Esta mujer denunció y se divorció de su marido poco después de dar a luz. La justicia condenó al hombre a 21 meses de cárcel por malos tratos continuado­s, pero no ingresó en prisión porque no tenía antecedent­es y no ha reincidido. La reincidenc­ia explica que ella sí entre en prisión, a pesar de tener una condena menor.

Hasta ahora, los abogados de María Salmerón habían logrado sustituir sus condenas por multas o trabajos en beneficio de la comunidad. Con la última condena, sin embargo, no han podido hacerlo. Los jueces han apreciado que se trata de una conducta reiterada, aunque los

La única gracia de la justicia son 15 días para elegir prisión; la de Alcalá de Guadaíra es la más cercana a su casa

hechos juzgados ocurrieron hace más de seis años y no se han repetido. Por ello, y de acuerdo con el ministerio fiscal, han cerrado la vía al indulto.

María Salmerón trabaja como auxiliar de enfermería en una residencia de Dos Hermanas (Sevilla), donde vive. La prisión de mujeres más cercana a su casa es la de Alcalá de Guadaíra. La ayuda de varias personas le permitió reunir los 3.000 euros que la misma condena de nueve meses por desobedien­cia le fijaba en concepto de responsabi­lidad civil para su maltratado­r.

“Si el problema consistía en depositar esa cantidad, ya está depositada”, dice el bufete que la representa. Entre la abundante documentac­ión que engrosa las diligencia­s hay varios informes psicológic­os sobre Míriam, la hija de la pareja, que se ha mostrado firme en el rechazo a las visitas de su padre. Su madre la llevó a veces obligada al punto de encuentro, hasta que desistió y apoyó a su hija, que no quería verle más.n

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RAUL CARO / EFE María Salmer ó n, ayer, ante los juzgados de Sevilla

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