Refugiados ucranianos emprenden el regreso por la falta de oportunidades
El idioma, las dificultades para alquilar pisos y el ansia por ver a los suyos alientan la marcha
dera Dzyuban. Dasha Kuznetsova llora de impotencia cuando explica que le resulta imposible arrendar un piso al no cumplir las condiciones exigidas, como tener un contrato de trabajo. Dasha y su hija, Daryna, de 9 años, viven ahora en un apartamento de Calafell que les ha cedido Denis Tulajdon, ucraniano establecido en Barcelona desde hace
Alyona Ostashevska marchó de Reus, pasó un mes en Polonia y hace una semana que está en su casa de Kyiv
Dasha Kuznetsova se debate entre volver o quedarse en Calafell, pero no consigue que le alquilen una vivienda