Troncos verdes y frondosos
La llegada de la Ryder Cup de golf a Catalunya va a suponer un importante retorno económico y un gran impacto publicitario para la comunidad catalana. Después de años donde las palabras crisis y decadencia parecían ir asociadas con el presente y futuro de Barcelona y Catalunya, parece que se le está empezando a dar la vuelta a la tortilla con una serie de proyectos y noticias positivas que vale la pena destacar. Barcelona acaba de clausurar con un notable éxito la celebración de la feria audiovisual ISE, la más importante del mundo en su sector, que hasta hace poco tiempo estaba radicada en Amsterdam. Los expertos auguran que tendrá un impacto similar o superior al Mobile World Congress. También se conoció hace unos días que la capital catalana albergará la Copa del América de vela para su edición del 2024, que como ya se ha repetido en diversas ocasiones tiene un impacto económico de mil millones de euros.
La Ryder es la competición más excitante para los amantes del golf porque reúne cada dos años a los mejores jugadores de Europa y Estados Unidos, que se enfrentan defendiendo a sus respectivos continentes. La idea es celebrarlo en el PGA Catalunya en Caldes de
Malavella (Girona) y en los próximos días se deberían cerrar los flecos pendientes para su adjudicación. La voluntad del Govern es no dejar escapar estas oportunidades, como hizo recientemente al consolidar el gran premio de Fórmula 1, que justamente este fin de semana congrega a todo el circo automovilístico en Montmeló.
Vela en Barcelona, golf en Girona y esquí en Lleida (si prospera la candidatura de los Juegos Olímpicos). Parece que las distintas administraciones se hayan puesto de acuerdo entre sí para obtener provecho económico de toda estas actividades deportivas. A Tarragona le quedaría también un trozo de tarta con el proyecto Hard Rock. Se podría escribir una novela sobre todos sus avatares, pero el Govern continúa pensando que es una buena inversión para el país. Cuando se puso en marcha el proyecto original de parque de atracciones en Salou (Tibigardens) también despertó mucha oposición y, en cambio, hoy nadie duda que Port Aventura ha sido un éxito. Hay que agarrarse a estos proyectos que ya no son brotes verdes, sino troncos grandes y frondosos.