Biden activa al Pentágono para atajar la escasez de leche en polvo infantil La Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) tardó meses en reaccionar, y hasta los demócratas protestan
Un caso de contaminación en la mayor fábrica del país causa el desabastecimiento
La primera potencia mundial no tiene leche en polvo suficiente para alimentar a sus bebés. La causa principal es el parón productivo del mayor fabricante del país, Abbott, después de que una contaminación bacteriana detectada en su planta de Sturgis, Michigan, provocara la hospitalización de cuatro niños y la muerte de dos de ellos el pasado mes de febrero. La crisis, agravada por los cortes en la cadena de suministro debidos a la pandemia, ha llevado al presidente Joe Biden a invocar la ley de Producción de Defensa de 1950, promulgada en plena guerra fría para atender urgencias ocasionadas por la guerra de Corea. Se trata de que el Pentágono pueda movilizar aviones de aerolíneas comerciales para transportar, desde cualquier lugar del mundo, partidas de leche en polvo infantil que cumplan con los estándares de EE.UU. Es la Fly Formula Operation, algo así como operación Leche en Polvo Volante.
El desabastecimiento por la parada de la Abbott afecta potencialmente a millones de familias con bebés lactantes y por ello es motivo de alarma social y debate político. “Sé que los padres de todo el país están preocupados por encontrar suficiente leche en polvo para alimentar a sus bebés. Como padre y abuelo, sé lo estresante que eso es”, dijo el mandatario en un vídeo difundido el miércoles por la Casa Blanca. En el mensaje, Biden explica las medidas adoptadas para, a través de esa ley de Defensa, importar rápidamente toda la fórmula que haga falta a la par que se asegura que los fabricantes cuenten lo antes posible con los suministros que precisen para reforzar y agilizar la producción.
Las disposiciones legales aplicadas permiten al presidente exigir a los proveedores de las materias primas oportunas que den prioridad absoluta, antes que a cualquier otro cliente, a las compañías que elaboran el producto final de leche en polvo infantil. El decreto moviliza a los departamentos de Salud, Servicios y Agricultura para que, con ayuda del Pentágono y de las aerolíneas a las que Defensa tenga que reclutar, se aseguren de que las estanterías del básico alimento infantil vuelven a llenarse. Solo así terminará la angustia de incontables padres de familia a lo largo y ancho de Estados Unidos.
El jefe de la Administración de Alimentos y Fármacos de EE.UU (la FDA), Robert Califf, aseguró ayer ante la subcomisión correspondiente del Congreso que la fábrica de Abbott que ha causado la crisis podrá reabrir en una o dos semanas. Pero la compañía indicó que el retorno de la leche en polvo a las tiendas puede llevar “meses” a partir del restablecimiento de la producción.
Cuando los parlamentarios le preguntaron por qué la FDA y el Gobierno han tardado tanto tiempo en adoptar medidas expeditivas para resolver la carencia, Califf afirmó que no podía entrar en detalles debido a la investigación abierta para averiguar el origen de las dificultades y más en concreto de la contaminación en la planta de Sturgis. Legisladores de ambos partidos rechazaron la respuesta.
La demócrata Rosa DeLauro exigió llegar al fondo de la lenta respuesta del órgano en cuestión. Recordó que ya en otoño se detectaron graves “irregularidades” en la factoría de Abbott a raíz de la denuncia de un empleado. “Si sus acusaciones son ciertas, la compañía mintió y utilizó atajos y registros falsificados para encubrir sus malas acciones en materia de salud infantil, además de represaliar a los trabajadores que intentaron corregir los problemas”, señaló. E indicó que la FDA “sabía lo que Abbott estaba haciendo en octubre, pero no entrevistó al denunciante hasta finales de diciembre y no inspeccionó la planta hasta un mes después”..., para luego permitir que la empresa se tomara otro mes más para detener la producción. Total, cuatro meses solo para forzar la clausura de la planta, a los que hay que sumar otros tres para las acciones de Biden.
La Cámara de Representantes aprobó en la noche del jueves un proyecto de ley de financiación extra a la FDA, por importe de 28 millones de dólares, para abordar la crisis. El texto cosechó 231 votos y 192 en contra. Los republicanos se opusieron por considerar la dotación como un cheque en blanco a la FDA “sin un plan concreto para resolver el problema”. La ratificación de la ley en el Senado no está nada clara, al requerir 10 votos más de los 50 que tienen los demócratas.
Los padres de niños lactantes en la superpotencia occidental esperan soluciones. Y parece que aún tienen para rato.c
“Sé que los padres de todo el país están preocupados, sé lo estresante que eso es”, dice Biden en un vídeo