Micic mete al Efes en la final sobre la bocina
El vigente campeón de la
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Euroliga se ganó el derecho a defender su título tras una semifinal mucho más competida de lo que se podía esperar y que se decidió cuando sonaba la bocina y el balón lanzado por Micic desde más allá de la línea del triple se disponía a destrozar la red (74-77). Los más de 10.000 seguidores griegos que convirtieron el Stark Arena de Belgrado en un infierno se quedaron mudos y no tardaron en vaciar las gradas. El Anadolu Efes era el finalista por tercer curso consecutivo, y el Olympiacos ponía fin a su gran temporada europea de la manera más triste imaginable, por mucho que tenga que disputar aún la final de consolación mañana, un partido que solo puede calificarse de infame.
Fue un duelo muy bonito y competido, por mucho que el Efes agarrara el mando tras el descanso y pareciera encaminarse a la final con comodidad. Hasta 48-59 llegó a dominar en el minuto 26 pero el Olympiacos hizo la goma e igualó a 74 a 19,5 segundos para el final. Ataman no dudó y, aunque no había estado muy fino, dio el balón a Micic, y el serbio obró de nuevo la magia en su país.