El sabor del hotel boutique
Assaig, encantador restaurante en el centro de Girona
centro histórico de Girona está cada vez más urbano. Sus callejuelas se abren ahora a espacios frondosos, llenos de luz y animación.
5 a Taula decidió disfrutar del anual espectáculo floral con una Girona adornada de una presencia multitudinaria. Escogimos un hotel del casco histórico, el Nort 1901, una antigua casa convertida en pequeño hotel boutique, con arbolado patio interior y, desde hace unos meses, con cocina, chef y mesas para disfrutar. Una cocina, por cierto, que abre a la fachada de la calle, pretendiendo ser (lo explica su propietario Luis Hortet), la imagen de este Assaig llevado por Pau Viella, joven cocinero de Sarrià de Ter formado en el prestigioso Basque Culinary.
Assaig, el nombre del proyecto gastronómico, está empezando a funcionar con un equipo rodado en el Atempo, de donde proceden el chef y el jefe de sala Pau García. El espacio del restaurante, al que se accede paseando por las salas interiores de esta nozar ble casa, abre al patio interior, donde casi todo el año se ocupan unas mesas rodeadas de verde intenso.
La cocina responde a una libertad “pactada” entre la clientela conocedora de lo bueno que se ofrece en Girona, territorio de grandes chefs, y una propiedad entusiasta y deseosa de ver avan- El apartado “nuestras tortillas”, de patatas Mona Lisa, confitadas en aceite de oliva. Comimos la de queso Morbier, humilde tesoro culinario. - Pedir, antes de elegir los platos, la comparecencia del chef. Será una garantía de éxito.
-Limitada pero interesante carta de vinos de la mano de Pau García.
-La posibilidad de comer o cenar en un bonito jardín interior. el proyecto. La realidad es que hemos descubierto un rincón imprescindible, una cocina de gran nivel, con el producto como protagonista, sin filigranas ni artificios. ¡Tal cual!
Parte izquierda de la carta titulada “Para empezar”, parte derecha dedicada a disfrutar, donde se ubican los platos consistentes: arroz meloso con butifarra negra, curry catalán de hortalizas, raya con cítricos a baja temperatura, jarrete de cordero con cebolletas o filete Wellington de auténtica ternera de Girona. Platos bien presentados y mejor acabados, “clásicos” trabajados con la juventud que aporta este chef. Una cocina de sabores y de elegante solidez.
Pero esta carta repara interesantes sorpresas: impecables ostras fritas con fibra de trigo, intensas colmenillas a la crema, atún rojo en hojaldre o un canelón de arroz socarrat con gambas de Palamós. Sorpresas ilustradas con fundamento, de ejecución digna de un restaurante de más nivel y prestigio.c