“Solo pedimos que se cumpla el convenio”
Aunque el convenio lo contempla, parece difícil que un empresario de hostelería en plena temporada alta permita que sus trabajadores tengan como mínimo un fin de semana libre al mes y el resto dos días de libranza por semana. Es lo que marca el convenio en Catalunya y los sindicatos piden que se cumpla. En los grandes hoteles con fuerte sindicalización es habitual que haya tres turnos en recepción, mientras que en los más pequeños en ocasiones apenas hay dos turnos. Lo mismo pasa con la restauración, donde es frecuente ver camareros que dan desayunos y cenas sin respetarse las 12 horas de descanso entre jornada. “No se respetan las condiciones del convenio ni del contrato. Hay infracotización. Gente que está contratada por cuatro horas y hace ocho”, dice Esteban Sanabria (CC.OO.). Igor Abascal (UGT) apunta que “hay muchos restaurantes donde no se descansa dos días ni se trabaja ocho horas. En restauración, los festivos y nocturnidades no se cumplen en más de la mitad. Y se descansa un día el lugar de dos”. La patronal niega que esas prácticas sean generalizadas.
colectiva de la federación de servicios de Catalunya de CC.OO., apunta que muchos trabajadores de hostelería pasaron también a la construcción.
Por lo tanto, ante una mano de obra a la baja es necesario mirar los salarios con detenimiento. En el caso de Catalunya, el convenio colectivo interprovincial rige sobre todo el territorio salvo Lleida. Los sueldos son los que se pactaron para el convenio que finalizó su vigencia en el 2019. En el 2020 y el 2021 se prorrogó con congelación y actualmente está en negociación sin que haya habido acercamiento de posturas. Por lo tanto, un camarero cobra hoy lo mismo que en el 2019. Solo contando la inflación, ese trabajador ha perdido más de un 10% de poder adquisitivo.
Abascal teme que la patronal –como ya ha sucedido en otras ocasiones– dilate la negociación salarial más allá del verano. Así, esta campaña los trabajadores percibirán sueldos de tres años atrás. Aunque la ley permite reclamar al empresario por las subidas pactadas, es difícil que un empleado consiga en otoño que el chiringuito de la playa en el que estuvo empleado meses atrás le pague esa regularización.
Lo que sucede en Catalunya se puede extender a otras zonas de España. La patronal Hostelería de España constató que en 16 provincias había como mínimo una categoría profesional en la que el salario era el SMI.c