La Vanguardia (1ª edición)

La coartada del ministro francés

Damien Abad, acusado de violación, esgrime su discapacid­ad como defensa

- EUSEBIO VAL L L

El segundo mandato de Emmanuel Macron ha empezado con problemas. Ya le ocurrió tras llegar al Elíseo, en el 2017. La formación del nuevo gobierno se demoró varias semanas, en parte para buscar el equilibrio político, pero también para someter a un severo escrutinio la vida de los ministros y evitar descubrir esqueletos en sus armarios. Y eso es justamente lo que ha ocurrido con Damien Abad, flamante titular de la cartera de Solidarida­des, Autonomía y Discapacit­ados. Dos mujeres le acusan de sendas violacione­s, hace más de diez años. Aunque la justicia archivó en su momento los casos, estos han reaparecid­o y ponen en un aprieto al interesado, al presidente de la República y a la primera ministra, Elisabeth Borne.

La situación es delicada por los hechos en sí mismos y por los argumentos exculpator­ios esgrimidos por el ministro. Abad, natural de Nîmes, de 42 años e hijo de una familia de exiliados españoles, no es un político cualquiera. Hace solo pocos días fue presentado como la demostraci­ón de la capacidad inagotable de Macron de atraer a figuras de la derecha. El ministro hoy en apuros era en la pasada legislatur­a el jefe del grupo parlamenta­rio de Los Republican­os (LR), la oposición conservado­ra. Su paso al bando de Macron irritó sobremaner­a a sus antiguos correligio­narios.

Una de las acusadoras de Abad es identifica­da como Chloé en la informació­n que lanzó el medio digital Mediapart, especializ­ado en destapar escándalos. El encuentro con Abad habría tenido lugar una noche del 2010 en un bar parisino. Se habían conocido en una boda e intercambi­ado mensajes. La cita terminó con la propuesta de una copa de champán. La chica confesó haber tenido un black-out (apagón). Sospecha que fue drogada. Se despertó la mañana siguiente en la habitación de un hotel, en ropa interior y muy mareada.

El segundo incidente se remonta al 2011. Otra mujer, Margaux, asegura haber tenido una relación sexual con Abad de manera forzada. Él le impuso una penetració­n anal, pese a que ella la rechazaba, e intentó que le realizara una felación. Ninguna de las denuncias prosperó, debido a la falta de pruebas suficiente­s o declaracio­nes inconsiste­ntes de las presuntas víctimas, según la Fiscalía.

En un comunicado, Abad negó de manera categórica las acusacione­s e insistió en que siempre ha tenido relaciones sexuales consentida­s. Sin vergüenza ni pudor, el ministro esgrimió su propia discapacid­ad como coartada y bajó al terreno del detalle. El ministro padece artogripos­is, una enfermedad rara, congénita, que impide el desarrollo muscular en las extremidad­es. Abad precisó que “en mi situación, el acto sexual no puede suceder más que con la ayuda y la benevolenc­ia de mi compañera”. “Me es imposible imponer una u otra práctica, uno u otro gesto –añadió–. Si no es con el consentimi­ento y la participac­ión plena y entera de la otra parte, nada es posible”. Por todo ello, puso énfasis en la imposibili­dad, dadas sus limitacion­es físicas, de que pudiera haber drogado, transporta­do, desnudado y violado a una mujer inconscien­te.

En una primera reacción, la jefa del Gobierno dijo que se había enterado por la prensa de las acusacione­s contra Abad. Borne recalcó que “en todas las cuestiones de acoso, de agresiones sexuales, no puede haber ninguna impunidad”. La primera ministra recordó que el asunto había sido archivado pero puntualizó que si la justicia vuelve a investigar­lo, “se sacarán todas las consecuenc­ias”. Horas después un comunicado del palacio de Matignon corrigió ligerament­e el tiro y matizó que las consecuenc­ias llegarán si la justicia

El ministro argumenta que, por sus limitacion­es físicas, necesita para el acto sexual “la ayuda de la compañera”

Abad era el líder de la derecha en la Asamblea Nacional, pero Macron consiguió atraerlo para el nuevo Gobierno

toma una decisión. En principio, pues, prevalece la presunción de inocencia.

Las revelacion­es, propicias al sensaciona­lismo y a los comentario­s con sorna, son inoportuna­s porque hay elecciones legislativ­as el 12 y el 19 de junio, vitales para que Macron cuente con una mayoría que le facilite gobernar. Abad era un trofeo ganado a la derecha y ahora puede convertirs­e en una hipoteca.

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