La mortalidad por olas de calor en España se cifra en, al menos, 1.300 personas al año
El 2% son muertes directas; en el resto inciden otras patologías médicas
Unas 1.300 personas fallecen al año en España por una mortalidad atribuible a las olas de calor. La cifra la recoge un estudio del 2016 publicado en la revista Environment International con datos del período 2000-2010. No existe un estudio homologable más reciente, aunque la cantidad actual podría situarse entre 1.500 y 1.700, según estimaciones de Julio Díaz, investigador del Instituto de Salud Carlos III, uno de los autores del trabajo.
Menos del 2% de las defunciones se deben directamente a golpes de calor; el resto corresponde a otras patologías médicas. Personas con una enfermedad de base ven agravada su afección hasta provocarles la muerte, víctimas de sus problemas respiratorios, circulatorios, neurológicos, endocrinos o renales.
En la gran ola de calor de España del 2003, en la que murieron unas 6.600 personas solo 140 fallecieron por golpe de calor. “Las otras 6.460 fueron por agravamiento de sus patologías”, señala Díaz. Las provincias con más muertes de este tipo a sus espaldas son Madrid (una media anual de 229), Barcelona (120), Sevilla (63), Pontevedra (53), Alicante (51) y València (44). Desconocen esta realidad Palencia, Soria y Teruel.
Pese a todo, en general, la población española se está adaptando en los últimos años a estos episodios, según los estudios que evalúan el índice de temperaturas que definen la ola de calor, el nivel a partir del cual la población empieza a fallecer por altas temperaturas. “A medida que sube el calor estamos viendo que se necesita más temperatura para que la gente fallezca”, recalca Julio Díaz.
BEn el período 1983-2003 las muertes atribuibles a la superación de ese umbral era de un 14% mientras que en el período 20042018, esa atribución había bajado al 2%. “En nuestro estudio vemos que nos estamos adaptando a un ritmo de subida de temperaturas de 0,6ºC por década”, sostiene este experto. No obstante, hay una franja de edad que es donde esta regla no se cumple; y es preocupante, por cuanto afecta a la población de entre 18 y 45 años, que es justamente la población trabajadora.
Los avances conseguidos en la reducción del impacto general serían debidos a la mejora de las infraestructuras (zonas verdes, edificios mejor adaptados) y sobre todo, la adopción de planes de prevención sanitaria ante las altas
La población se adapta ahora mejor a las altas temperaturas excepto en la franja de los 18 a 45 años