El US Open, una tregua obligada
La Superliga saudí planea en los prolegómenos del tercer ‘major’ del año
Brooks Koepka, siempre uno de los favoritos cuando se acercan los torneos del Grand Slam, acusaba a los periodistas presentes en Boston de dejar en un plano secundario al US Open, el tercer major del año, que comienza hoy en Brookline. El forzudo estadounidense, con cuatro grandes en su palmarés, se quejaba de que casi todas las preguntas giraban en torno a la Superliga saudí, que se estrenó la semana pasada en medio de la polémica. Y es que los millones que han llegado al golf procedentes del desierto acaparan la actualidad de un deporte supuestamente de caballeros.
Mickelson, Dustin Johnson, DeChambeau... Son los jugadores que han optado por abandonar el PGA Tour y engordar su cuenta bancaria a niveles insospechados los que son seguidos con lupa en The Country Club, al otro lado de la calle de la casa de Francis Ouimet, el amateur que cambió el golf para siempre con su victoria en el US Open de 1913. Pero son demasiadas las cosas que han cambiado desde entonces como para buscar candidatos a gestas similares.
En las jornadas de prácticas, la Superliga ha sido el tema de conversación principal, por mucho que le disguste a Koepka. “Eso no es un torneo de golf y mi vida no cambiaría por 400 millones de dólares”, espetaba por ejemplo Jon Rahm, una de los estandartes del statu quo actual. El vasco, que defiende título, compartió una ronda de entrenamiento con su mentor Phil Mickelson, uno de los hombres más perseguidos por las miradas de todos esta semana.
Por lo que respecta estrictamente al juego, Scottie Scheffler, campeón del Masters, y Justin Thomas, ganador del PGA, encabezan claramente la lista de favoritos junto a Rory McIlroy. El norirlandés, que ofreció un espectáculo memorable el domingo para ganar en Canadá, es otro de los que no han tenido pelos en la lengua a la hora de criticar a la Superliga.
Junto a Rahm, la participación española la completan Sergio García y Adri Arnaus.c
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