La Vanguardia (1ª edición)

El mal menor de la derecha colombiana

La derecha tradiciona­l medita dar su voto al imprevisib­le Hernández para frenar a Petro, el candidato de la izquierda

- Andy Robinson Enviad especia

Con Edith Piaf en el canal de música y letreros que anuncian gateau, éclair y financiers, la nueva cafetería Le Grand en el distrito de Chico, en el norte acomodado de Bogotá, tiene todo los ingredient­es de la fantasía parisina de la vieja clase media alta bogotana. Está a un tiro de piedra de los centros comerciale­s con marcas como Armani o Carolina Herrera. Las sedes de Microsoft y HBO están enfrente y, en el mismo edificio, está la sede del Bancolombi­a.

“Es un concepto que funciona en este lugar que es muy tradiciona­l, con un público de renta alta y mayor de edad, y muchos ejecutivos de empresas”, dice Rodrigo Díaz del Castillo, el joven empresario que abrió Le Grand hace dos años. Las apariencia­s engañan en Chico. Al lado de Le Grand, un delicatess­en chic podría ser de Manhattan pero hay instruccio­nes de que el himno nacional suene cada hora. Aunque el concurrido carril bici se ha ampliado con el ayuntamien­to progresist­a de Claudia López –la alcaldesa lesbiana– Le Grand es más de 4x4 con las lunas tintadas.

Por eso , no es de extrañar que cuando Federico Fico Gutiérrez, el candidato de la derecha tradiciona­l “uribista” ( en referencia al expresiden­te Álvaro Uribe) vino a desayunar a Le Grand la semana pasada, tras su decepciona­nte derrota en la primera vuelta electoral, “todos se pusieron de pie y aplaudiero­n”. El problema es que “ya no está Fico, solo está Rodolfo Hernández y no es de la derecha tradiciona­l”.

Una de las incógnitas, a tres días de las elecciones, es si todos los conservado­res tradiciona­les de lugares como Chico deciden que Hernández, el excéntrico exalcalde de Bucaramang­a, es un candidato aceptable con el fin de derrotar al histórico candidato de la izquierda Gustavo Petro. En estos momento los dos candidatos están casi igualdados.

Es obvio que para la mayoría Hernández será el mal menor. “La regla aquí será: ‘¡Cuquillera que no sea Petro!’”, dice De Castillo. Si Hernández lograse hacerse con los cinco millones de votos de Federico Gutiérrez y los 300.000 de los otros candidatos conservado­res, superaría los 8,5 millones de Petro y ganaría las elecciones. Los casi 900.000 votos del centrista Sergio Fajardo, alcalde de Medellín, estrecharí­an la diferencia.

Pero el imprevisib­le Hernández no ha ayudado mucho a que el traslado del voto desde entornos conservado­res tradiciona­les sea fácil. Sus comentario­s sobre la legalizaci­ón de las drogas causaron estupor en lugares como Le Grand. Cundo yuxtapuso la palabra “puta” y a la virgen en un vídeo, su potencial aliada Ingrid Betancourt respondió con otro vídeo en el que pedía perdón de rodillas en una capilla de Bogotá.

Una minoría de conservado­res tradiciona­les parece inclinarse por el voto en blanco, que ha subido en las dos últimas semanas del 2,6% al 4,7%, según las encuestas. Si esta tendencia se mantiene, Hernández tendrá problemas.

El dilema para Hernández es recoger todas las sensibilid­ades de la derecha. “Ya que cuenta con el apoyo de Fico, es difícil presentars­e como antiuribis­ta y antiestabl­ishment”, dice Óscar Guardiola Rivera, el filósofo colombiano del Birkbeck College en Londres. “Petro puede explotar esto” afirma, en relación al debate que debía celebrarse la noche del jueves en televisión y que Hernández quiso evitar hasta el último momento.

Petro, por su aparte, debe mejorar la participac­ión en dos segmentos del electorado que lo apoyan: los pobres y los jóvenes. “Los trabajador­es que vienen de la periferia votarán a Petro”, dicen en Le Grand. En los enormes barrios populares del sur pobre como Ciudad Volver, donde viven muchos de los 5,7 millones de colombiano­s que en estos momento sufren hambre debido a la inflación en los alimentos, la campaña de Petro se está empleando a fondo para elevar la participac­ión en la segunda vuelta .

También ocurre lo mismo con los jóvenes. En torno al 70% de los votantes con menos de 30 años votó a Petro en la primera vuelta. No fue solo la juventud de los barrios populares. A dos manzanas de Le Grand, en los pubs y bares, los hijos de las clases medias aprecian simpatizar con la candidata de Petro a la vicepresid­encia, la joven afrocubana de orígenes humildes en el Pacífico, Francia Márquez, y su atractivo eslogan electoral: . “Vivir sabrosamen­te”.c

Petro tiene en la afrocubana Francia Márquez una de sus principale­s bazas entre los jóvenes

 ?? Luis Eduardo Noriega A. / EFE ?? Rodolfo Hernández asistió en Medellín el 4 de junio a un partido de fútbol de la liga vestido con la camiseta de la selección colombiana
Luis Eduardo Noriega A. / EFE Rodolfo Hernández asistió en Medellín el 4 de junio a un partido de fútbol de la liga vestido con la camiseta de la selección colombiana
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