La Vanguardia (1ª edición)

Una sociedad radicaliza­da

-

El incremento de la polarizaci­ón política es un fenómeno que los sociólogos advierten que no para de crecer en este siglo, del que no somos ajenos los medios de comunicaci­ón, y particular­mente las redes sociales. El estudio Digital news report 2022, elaborado por el Instituto Reuters y la Universida­d de Oxford, a partir de 93.000 entrevista­s en 46 países, pone de manifiesto que España es el segundo país del mundo donde se percibe mayor enfrentami­ento político y social a través de sus medios de comunicaci­ón. En este hit parade de la polarizaci­ón mediática, a España solo la supera Polonia. Por detrás siguen Tailandia, Argentina, Hungría, Perú, Italia y Estados Unidos. Por cierto, Portugal aparece en penúltimo lugar, lo que demuestra que disfruta de un clima político mucho más sano y apacible, así como de medios más sobrios.

Sin ánimo de eludir responsabi­lidades, los medios impresos tenemos menos influencia en estas conductas radicaliza­das (26%), sobre todo si los comparamos con los canales digitales (79%) y las redes sociales (56%).

Es evidente que la irrupción de partidos populistas, cuando no directamen­te de la extrema derecha, las noticias falsas, la propia pandemia y la guerra de Ucrania han contribuid­o a causar entre la población

España es el segundo país donde se percibe mayor polarizaci­ón en los medios

una mayor sensación de división social y de crispación política. En España, cuando manda la izquierda, sube varios decibelios el ruido ideológico, como si la derecha sintiera que le están usurpando unas institucio­nes que considera suyas. Cuando Alberto Núñez Feijóo tuvo que medirse por primera vez en el Senado como líder de la oposición con Pedro Sánchez tuvo que aclarar (aunque nadie se lo había pedido) que no estaba allí para insultarle (recordando los agrios encontrona­zos con Casado).

Los expertos aseguran que en España la polarizaci­ón ha crecido por cuestiones ideológica­s, pero también territoria­les. La extrema derecha y el independen­tismo han generado una polarizaci­ón afectiva. Todo ello debería hacer reflexiona­r a los medios de comunicaci­ón y a los partidos políticos, pues sus ansias por conseguir más audiencia o más votos pueden acabar fracturand­o la sociedad. Y no está el mundo para que le añadamos más rotos.c

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain