Tres incendios simultáneos ponen al límite la extinción en Catalunya
Bombers concentra todos sus esfuerzos en controlar los focos de los fuegos del Solsonès
Colapso del sistema. El término significa la peor de las situaciones que se pueden vivir en Catalunya en las próximas horas. Que la simultaneidad de grandes incendios forestales impida afrontar su extinción con los medios de la Generalitat. Evitar ese escenario es el principal reto al que se enfrentan los responsables de Interior que durante el día de ayer estuvieron casi más pendientes de las condiciones climatológicas que de la evolución de los tres incendios más preocupantes, los de la Noguera, el Solsonès y la Terra Alta, que pusieron al límite las exhaustas capacidades de los Bombers de la Generalitat.
Anoche el incendio que más inquietaba a los técnicos, reunidos en el cuartel general de Bellaterra, era el de Lladurs, en el Solsonès, cuyo potencial alcanza las 50.000 hectáreas, según declaró el jefe de Bombers de la Generalitat, David Borrell.
También preocupaba el de Castellar de la Ribera , a poca distancia del anterior. Ambos se iniciaron, a falta de la investigación de los Agents Rurals, por alguno de los rayos que durante la tarde del miércoles cayeron en la tormenta eléctrica que atravesó la comarca, encendiendo distintos focos a su paso.
A esos dos incendios fueron trasladando desde el jueves por la tarde sus dotaciones terrestres la Generalitat, sin abandonar el control del otro gran fuego, el que empezó en una explotación agrícola de Baldomar y que avanza por el oeste, tutelado, pero arrasando la sierra natural del Montsec. Los Agents Rurals delimitaron el punto exacto del inicio de las llamas y confirmaron que el miércoles no hubo actividad de recogida de trigo, que se realizó el martes.
El jueves, en Artesa de Segre trabajaron 57 dotaciones terrestres y dos medios aéreos, que mano a mano con un gran despliegue de la Unidad Militar de Emergencias (UME) se concentraron en mantener el fuego a raya en el flanco este, que llegó a rozar sin entrar las localidades de Baldomar, la Clua y Alòs de Balaguer. Las llamas cambiaron de dirección y avanzaron hacia el oeste entrando en la sierra del Montsec, sin posibilidad de frenarlas en el bosque. Los responsables de Bombers dibujaron el jueves a primera hora un perímetro de 5.000 hectáreas y con la ayuda de voluntarios, vecinos y payeses con su maquinaria agraria agrandaron cortafuegos y ampliaron carreteras y caminos, zonas limpias con capacidad para esperar con seguridad el fuego para frenarlo y que no salga del perímetro. “Es posible que el incendio tarde tres o cuatro días en quemar todo el combustible, pero con los recursos que tenemos ahora toca concentrarse en el Solsonès, porque si se descontrola nos enfrentamos a un gran desastre”, indicó un responsable de Bombers.
La simultaneidad de incendios condicionó también la estrategia de extinción en el fuego forestal de Corbera d’Ebre, con un potencial para calcinar de más de 8.000 hectáreas y una enorme fuerza de propagación cuando se originó la tarde del miércoles. Finalmente afectó una zona de bosque y cultivos de unas 400 hectáreas. La estrategia de los Bombers ha sido la de esperar el avance en zonas más favorables, aprovechando sobre todo la carretera de la Fatarella a Vilalba dels Arcs (Terra Alta), las extensiones de cultivos y las pistas de un parque eólico. Un plan condicionado por la imposibilidad de dedicar una gran cantidad de recursos por la coincidencia de incendios en todo el territorio, de norte a sur.
En otras circunstancias, con un solo incendio forestal, los efectivos de extinción se habrían concentrado en la Terra Alta y se ha
La Unidad Militar de Emergencias se vuelca con medios en la extinción de los distintos focos activos
Las llamas de Artesa de Segre empezaron en una explotación agrícola que ese día no tuvo actividad