Mucha fiesta para tan poco urbano
Entre las quejas de los barceloneses que tramita el Síndic de Greuges de la ciudad destacan por su volumen y reiteración las referidas a episodios de contaminación acústica, ya sea en el espacio público o en el interior de los domicilios, y la desatención de las demandas vecinales de presencia policial para resolver este tipo de incidencias. Así se pone de relieve en diversas resoluciones del ombudsman municipal a las que ha tenido acceso La Vanguardia. En una de ellas, motivada por la queja de un vecino de la calle Sant Antoni Maria Claret durante la pasada Nochevieja (con llamadas telefónicas a las 2.51, las 3.56, las 4.25, las 5.06, las 6.43) por el excesivo volumen de la música que sonaba en una fiesta, el Síndic advierte que “ante este tipo de denuncias se ha de actuar de manera rápida, ya que pueden tener una
la manifestación. afectación en la salud física y emocional de las personas”. El escrito pone de manifiesto cómo, a menudo, entre los vecinos ruidosos, los denunciantes y los urbanos se establece un juego del gato y el ratón: cuando finalmente acude la policía la fiesta ha terminado... o eso parece, porque en ocasiones se reanuda cuando los agentes del orden se retiran. En la misma resolución, el Síndic informa de que, según la Guardia Urbana, solo aquella noche señalada se comunicaron 105 incidentes en el Eixample, 60 de ellos por molestias de ruido y música, y que la policía local argumenta que “los recursos policiales son limitados”, que hay “insuficiencia de agentes policiales para poder atender al conjunto de la demanda ciudadana”. A la oficina de la Sindicatura de Greuges de Barcelona llegan otras quejas vinculadas con el abuso de decibelios que merecen la investigación y la respuesta de la institución. En sus resoluciones, el defensor del pueblo de Barcelona suele recordar que, tal y como establece la Carta Municipal, “corresponde a la policía municipal garantizar el cumplimiento de las ordenanzas, entre las que se encuentran las que amparan el derecho al descanso de los vecinos. Otra recomendación frecuente en caso de molestias por ruido es la de solicitar al área de prevención y seguridad del Ayuntamiento que se asegure que los agentes de policía de barrio efectúen un seguimiento de las situaciones denunciadas para evitar que las incidencias objeto de las quejas se vayan repitiendo una y otra vez hasta acabar con la paciencia de unos vecinos que solo exigen que se respete su derecho al descanso. /