El Gobierno Johnson da luz verde a la extradición de Assange a Washington
El Gobierno Johnson ha autorizado la extradición del periodista australiano Julian Assange a Estados Unidos para enfrentarse a las acusaciones de que puso en peligro la seguridad nacional al divulgar a través de Wikileaks información confidencial de la CIA y del Departamento de Estado, así como los nombres de agentes encubiertos.
En la misma línea que las sentencias judiciales de los últimos meses, la ministra de Interior, Priti Patel, justificó la decisión en su convencimiento de que Assange recibirá un juicio justo, y sus derechos humanos serán respetados, a pesar de que representantes y senadores republicanos han pedido públicamente la cadena perpetua. Las garantías de la Administración Biden de que la condena sería “leve” en caso de ser encontrado culpable son extraoficiales.
Organizaciones pro derechos humanos calificaron la decisión como “un día negro en la historia del periodismo y la libertad de expresión”, y la mujer de Assange, Stella Morris, insistió en su inocencia: “No ha cometido ningún delito y está siendo castigado por hacer su trabajo, que consiste en revelar los trapos sucios de los gobiernos”. El fundador de Wikileaks tiene catorce días para apelar, pero sus posibilidades de éxito, si lo hace, son consideradas bastante remotas.
Assange se encuentra detenido
El polémico periodista tiene catorce días para apelar, pero sus posibilidades de éxito son bastante pocas
en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, en el sur de Londres, desde el 2019, cuando fue capturado por Scotland Yard después de que las autoridades ecuatorianas lo expulsaran de la embajada de su país en Londres, donde se refugió para intentar impedir la extradición. Primero a Suecia, donde se le buscaba por unas acusaciones de acoso sexual por parte de dos mujeres que posteriormente fueron retiradas, y luego a Estados Unidos por las filtraciones de información clasificada.
En el pasado, el propio Boris Johnson ha criticado los acuerdos de extradición en vigor entre Londres y Washington, en virtud de los cuales el Reino Unido acepta enviar a Estados Unidos a ciudadanos británicos (o residentes en el país) buscados por la justicia norteamericana, pero sin reciprocidad. El primer ministro quiere ahora hacer un favor a la Administración Biden, para que no le castigue o presione demasiado por la decisión de incumplir unilateralmente los acuerdos del Brexit relativos a Irlanda del Norte, violando un tratado internacional.