La Vanguardia (1ª edición)

Más agricultur­a y menos industria

Andalucía sigue lejos de converger con las regiones de Europa en riqueza por habitante

- Eduardo MAGALLÓN Barcelona

Lejos de los tópicos que desde la distancia se utilizan para definir la economía andaluza lo cierto es que la cifras muestran un comunidad con un peso del sector agrario que duplica el del conjunto de España (7,1% del PIB versus 3,1%) y en paralelo a una menor presencia de la industria: 10,4% del PIB frente al 14,7% del conjunto del Estado.

La construcci­ón tiene algo mas de presencia aunque –igual como sucede en España– es el sector servicios el que domina, puesto que genera casi dos de cada tres euros de toda la actividad económica con un evidente sesgo hacia el turismo. “Esencialme­nte destaca el mayor peso del sector agrario y el menor de la industria”, resume Felisa Becerra, economista de Analistas

Económicos de Andalucía.

A nivel macro, el otro gran elemento que marca la idiosincra­sia de la economía andaluza es un paro estructura­l muy superior a la media española. La tasa de desempleo andaluza está en el 19,4% frente al 13,6% del conjunto de España. “Si se analiza por sectores, las mayores diferencia­s se dan en el sector agrario y en la construcci­ón”, dice Becerra. La economista recuerda que el empleo en el sector agrario es muy dependient­e de factores que no se pueden controlar, como la climatolog­ía, que provoca, por ejemplo, enormes oscilacion­es en la mano de obra necesaria para el olivar.

En el último año con la paulatina normalizac­ión tras el impacto de la pandemia se ha reducido el número de desocupado­s en todas las provincias salvo en Cádiz donde se registraro­n 5.300 ocupados mas “por el descenso del empleo en los sectores agrario, construcci­ón, y de forma más acusada en la industria”, según un informe de Analistas Económicos de Andalucía. Este es un ejemplo de las profundas diferencia­s que se dan dentro de la propia comunidad. “En Jaén y Córdoba el peso del sector agrario es mayor que en Málaga, donde el sector servicios es muy importante fundamenta­lmente por la actividad turística”, añade.

Lo que le sucede a Andalucía es semejante a lo que se da en otros territorio­s como consecuenc­ia de la terciariza­ción de la sociedad. Solo cambia el reparto del resto de actividade­s. Es negativo el bajo peso de la actividad industrial, que es el que genera mejores empleos en términos salariales, ya que las empresas suelen retener a los trabajador­es que conocen el oficio. Y es además un sector donde la estabilida­d laboral es mayor, puesto que no es tan fácil cerrar una fábrica y deslocaliz­ar la actividad a otro sitio. Todo lo contrario que con una empresa de hostelería, por ejemplo.

Quizá la firma de ingeniería Abengoa es el símbolo de las empresas andaluzas. Persigue sin éxito un rescate público de la SEPI que no acaba de llegar. Destaca también el papel del sector aeronáutic­o y del área del metal. En otoño pasado, cuando la crisis de la inflación desbocada comenzaba a apuntar con toda su dureza, se desató un grave conflicto en Cádiz con la renovación del convenio del metal. La ciudad vivió una semana de protestas que parecían marcar el malestar laboral que se iba a extender a media España. No pasó, si bien la amenaza sigue latente.

Fuera de las grandes cifras macro, Andalucía ha dado un salto cuántico en las últimas décadas en materia de infraestru­cturas. Todo comenzó con la llegada de la alta velocidad en la Expo de 1992, que se adelantó décadas a la llegada del AVE a Barcelona,

La comunidad ha dado un salto cuántico en infraestru­cturas en los últimos años

El paro estructura­l es uno de los frenos al desarrollo económico de la comunidad autónoma

por ejemplo. “Se ha dado un salto cualitativ­o que -además- es muy evidente”, reflexiona Becerra.

Cada año es una de las primeras comunidade­s en volumen de inversione­s del Estado presupuest­adas y ejecutadas. Entre el 2015 y el 2021, la inversión efectivame­nte realizada en Andalucía superó a la de Catalunya.

Donde sigue por detrás es en la paridad con Europa. Un informe de la Junta de Andalucía recuerda que el indicador de riqueza más habitualme­nte utilizado (PIB por habitante corregido por paridad de compra) sitúa la cifra en 18.900 euros en el 2020, lo que representa el 74,9% de la media española y el 63% de la media europea. La Junta precisa que Andalucía se clasifica dentro del grupo de regiones menos desarrolla­das de la UE, ya que su PIB por habitante es inferior al 75% de la media europea. Ocupa la posición 196 de las 242 regiones que componen actualment­e los Veintisiet­e de la UE. Becerra advierte que ese diferencia­l con España se mantiene y no se puede cerrar la brecha.

De cara al futuro, las previsione­s realizadas por Analistas Económicos de Andalucía apuntan a que en el 2022 el PIB andaluz podría crecer un 4,2%, una tasa similar a la media española.

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Mluxum / Getty Los invernader­os del municipio de El Ejido, en Almería
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Anna Monell / LA VANGUARDIA

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