La Vanguardia (1ª edición)

Argimon rima con Puigdemont

- Toni Aira

Todos en Junts han captado el mensaje de cómo han desenlazad­o ciertas incógnitas post congreso de Argelers. La propuesta de secretario de organizaci­ón de Laura Borràs fue asumida finalmente, pero con un 37,59% en contra de los votos emitidos. Seteciento­s votos, de 1.862, no es poco. Pero aún es más significat­ivo saber que si Jordi Turull no se hubiera arremangad­o, si el lunes no hubiera comparecid­o él solo en rueda de prensa para defender su propuesta final a la militancia y si no hubiera ido desactivan­do ciertos recelos durante días, todo podría haber ido muy distinto.

Algunos en la misma dirección juntaire han visto como excesivo el gesto del secretario general. Pero lo compran si debe ser al servicio de la paz interna, de dejar claro quién lleva el timón y de ponerse ya manos a la obra para ordenar el partido y mirar con garantías a las elecciones municipale­s. Compran, de entrada, que bondad no significa debilidad. En los próximos tiempos tendremos pistas de si esto es así y da ciertos frutos, primero con la elección de los alcaldable­s que aún les quedan por designar de cara a las elecciones municipale­s del 2023.

Por ahora, incluso algunas plazas fuertes de Junts como Girona y Vic ofrecen más incógnitas que certezas. Estaba claro, pues, que el proceso de elección de una dirección ejecutiva no podía alargarse más, si los de Carles Puigdemont no querían hipotecar sus opciones en muchos municipios del país. Y aquí Barcelona, de nuevo, será capital para el balance final.

El inesperado y traumático adiós de Elsa Artadi por motivos personales ha dejado un vacío considerab­le en un proyecto de Junts en Barcelona que ya de entrada lo tenía complicado. Pero contaba con la ventaja del trabajo sobre el terreno que ella había aplicado sin descanso durante tres años. Piezas clave de su equipo de trabajo parece claro que, en esencia, tendrán continuida­d. Sin embargo, el cabeza de cartel será decisivo para identifica­r opciones de resultado digno o todo lo contrario.

Suenan (y se hacen sonar) muchos nombres, pero aparte de los buenos ojos con los que una parte relevante de la dirección sigue viendo a Xavier Trias (aunque él en público se descarte), en las últimas semanas también suma adeptos y cobra fuerza el nombre del conseller de Salut, Josep Maria Argimon, como candidato ideal. Y él, según aseguran algunos de los que le han sondeado, no le haría ascos a la cosa, sino todo lo contrario.

“Argimon rima con Puigdemont”, dice un entusiasta de su opción. Y es cierto que el conseller recoge mucho de la esencia de lo que podría ser el carril central del proyecto de Junts poscongres­o de Argelers. Y también transmite la idea de bonhomía anexa a la de fortaleza y decisión. Un proyecto para Barcelona debe poder proponer este estilo como alternativ­a en positivo a la llamada Barcelona del no.

Eso sí, importante: si acaba cuajando, esta u otra opción, no podrá ser una seta. Tendrá que ser una apuesta a largo, que ofrezca recorrido con credibilid­ad. Como la gestión del poscongres­o de Argelers en Junts.

El nombre del conseller suma adeptos en Junts como candidato por Barcelona

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