En Suecia, cuando tiras la basura hay contenedores que te hablan
bastante gilipollas en sí mismo, ni siquiera habría funcionado. Marie Persson, jefa del departamento vial del Ayuntamiento, dice que han puesto una grabación con voz sexy porque es una forma divertida de expresar el mensaje.
Una pregunta: ¿realmente hace falta que los contenedores de basura hablen? ¿No pueden estar calladitos como han estado siempre? La obsesión porque en ningún sitio haya un minuto de silencio hace que a estas alturas haya lugares como Dublín donde incluso las más importantes esculturas públicas de la ciudad hablan. Vas por la calle y habla la de Oscar Wilde, habla la de James Connolly, habla la de George Bernard Shaw, habla la de James Joyce... A ver si el día que la moda llegue aquí harán que la escultura de la Caperucita Roja de Josep Tenas que hay en el paseo de Sant Joan nos explique a gritos cómo echa de menos las visitas de Joan de Sagarra, que cuando vivía en Barcelona iba a dejarle libros de tanto en tanto.c