Stura ón crucero 2023
los tópicos y personajes populares de siempre– y eligió a Carmen Amaya como icono de la colección. Con su libertad para bailar, despojada de toda regla, representaba la esencia del flamenco. Fue la primera bailaora en vestirse con ropa de hombre, combinando poder y fragilidad a través de su arte. Expresó como nadie el alma de España y, aún hoy, encarna una feminidad consciente y plural.
Pero Amaya no fue la única referencia que se pudo ver en un desfile cuya banda sonora tuvo como hilo a Rosalía y remató con el arte de un grupo de bailarinas y el solo de una bailaora. Los looks de Dior evocaban también a la duquesa de Alba, un personaje que montaba a caballo con Jackie Kennedy con su chaquetilla, pantalones de talle alto y sombrero de ala ancha calado en ángulo. Sin olvidar la presencia del rojo, el negro y el mantón de Manila, ese que cuenta las historias y los viajes de las comunidades que lo crearon y lo lucieron.
Trajes masculinos de raya diplomática, chalecos forrados de
La casa francesa recurrió a la figura de la duquesa de Alba y al arte de la bailaora Carmen Amaya
seda, pantalones de jinete andaluz, chaquetillas adornadas con cierres Brandeburgo, mangas que se acampanan como su fueran una capa. El tafetán brillante en múltiples colores se esculpe en exuberantes faldas que recuerdan tanto a Dior como a España. El encaje, otro gran protagonista, adopta múltiples formas y el terciopelo negro se borda con varios hilos de oro.
Una colección con alma que además cuenta la historia de todos aquellos pequeños artesanos de la localidad andaluza con los que ha trabajado la creativa de la maison durante los últimos meses. El broche final perfecto a una colección tan emocionante que hizo saltar de las sillas a todos los presentes a grito de “viva Maria Grazia, viva la patrona de Dior”.c