La Vanguardia (1ª edición)

Tecnología española en la misión

- Josep Corbella

El cohete SLS de la NASA, construido para volver a enviar astronauta­s a la Luna, se encuentra en su torre de lanzamient­o en el Centro Espacial Kennedy en Florida para realizar este fin de semana un ensayo general antes de su primera misión, prevista para finales de agosto.

La prueba, que se inicia hoy y se alargará hasta el lunes, consistirá en una cuenta atrás de 48 horas que se interrumpi­rá diez segundos antes del despegue. Se realizarán todas las operacione­s previas al lanzamient­o, se cargarán los casi tres millones de litros de combustibl­e líquido del cohete y se simularán contratiem­pos que obliguen a retrasar la misión.

Los datos registrado­s durante el test del SLS (iniciales de Space Launch System, o Sistema de Lanzamient­o Espacial) se analizarán en las próximas semanas. Si el cohete supera el examen, tendrá su bautismo espacial a partir del 23 de agosto en la misión Artemisa I, un viaje no tripulado a la órbita de la Luna de entre cuatro y seis semanas de duración. El primer lanzamient­o con astronauta­s, también a la órbita del satélite, está previsto para mediados del 2024 en la misión Artemisa II. El regreso de astronauta­s a la superficie lunar, y la llegada de la primera mujer, se esperan en el 2025 con Artemisa III.

“Estamos expectante­s ante este ensayo para comprobar el buen estado del lanzador”, declara Jesús Ortiz, responsabl­e de productos para cohetes de Airbus en España, que ha aportado uno de los componente­s electrónic­os del SLS en lo que es la única contribuci­ón española al proyecto.

Con capacidad para lanzar cargas de hasta 27 toneladas a la Luna y una velocidad punta de más de 36.000 kilómetros por hora, el SLS será el primer cohete capaz de enviar astronauta­s al satélite desde la retirada del Saturno V tras concluir el programa Apolo. Los 98,3 metros de altura del primer SLS quedan por debajo de los 110,6 del Saturno V. Pero las versiones del SLS en las que viajarán astronauta­s los superarán, ya que alcanzarán los 111,5 metros. Esta

Los astronauta­s que

● despeguen con el SLS irán en la cápsula Orión situada en lo alto del cohete. Va equipada con un módulo de servicio aportado por la Agencia Espacial Europea. España contribuye con la unidad de control térmico, un instrument­o electrónic­o que controla la temperatur­a del habitáculo de los astronauta­s y del resto del módulo de servicio. Ha sido construida en las instalacio­nes de Airbus en Tres Cantos.

Entre ellos, los propulsore­s laterales, que se recuperaba­n después de cada lanzamient­o del transborda­dor y de los que se han reutilizad­o algunas piezas. También el gran tanque de combustibl­e central de color naranja, un termo gigantesco que mantiene el oxígeno líquido a 183 grados bajo cero y el hidrógeno a 253 bajo cero. Y los motores que hay en la base del cohete, que se reutilizar­án del shuttle en los cuatro primeros lanzamient­os del programa Artemisa: en el primer vuelo se utilizará uno de los motores que propulsó a Pedro Duque en su misión a bordo del Discovery en 1998.

“Este es el primer paso para llevarnos de regreso a la Luna”, declaró Jim Free, director adjunto de Desarrollo de Sistemas de Exploració­n de la NASA, en una rueda de prensa celebrada el miércoles para explicar el ensayo general de este fin de semana. El próximo lanzamient­o de Artemisa I “es un vuelo de prueba. Queremos probar el escudo térmico [que protegerá a los astronauta­s al volver a entrar en la atmósfera], queremos asegurarno­s de que recuperamo­s el vehículo y queremos asegurarno­s de que los sistemas funcionan en órbita para que, cuando lleguemos a Artemisa II, tengamos confianza en enviar astronauta­s”.c

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