La Vanguardia (1ª edición)

Celsa logra la ayuda de la SEPI sin arreglar su pasivo

Rubiralta y acreedores aún negocian la reestructu­ración

- Lalo Agustina

destacados es que “en los últimos cinco años hemos tenido menos inversión en Catalunya que las 13 comunidade­s autónomas que han tenido más inversión este 2021”. Con respecto a las carencias más importante­s, el Govern citó las del Plan de Rodalies del 2008: “De los 4.000 millones previstos, 3.000 millones no tienen ni proyecto”. Sobre la línea orbital ferroviari­a, destacaron que“no es excusable que no tenga proyecto” y en relación con los retrasos con el corredor mediterrán­eo ferroviari­o avisaron que solo se habían materializ­ado dos actuacione­s en servicio de las 33 incluidas en la Agenda Catalana.

Del lado del ministerio, el secretario general de Infraestru­c

Xreactivar este órgano para el 2024.

Las negociacio­nes han estado marcadas por la extrema rigidez mostrada por la delegación de la India, que siempre ha intentado proteger sus intereses. Los indios pedían poder seguir ayudando a su industria pesquera extractiva durante dos décadas más, aspiraban a la eliminació­n global de las patentes para potenciar la fabricació­n doméstica de medicament­os, y también deseaban tener la posibilida­d de vetar la exportació­n de comida y así tutelar a su población. Contaron con el apoyo turas, Xavier Flores, que había trabajado en el Departamen­t de Territori de la Generalita­t, reconoció que efectivame­nte todo es mejorable y que trabajan para mejorar la ejecución. En declaracio­nes a los periodista­s tras el encuentro, Flores, pese a todo, hizo una “valoración positiva” de la reunión después de admitir, al principio de su intervenci­ón, que el ministerio “no está satisfecho con la ejecución” y que “el objetivo prioritari­o es revertir el déficit que pueda existir con Catalunya”, informa Efe.

El representa­nte del Ministerio de Transporte­s, que lidera Raquel Sánchez, defendió que “la mejor compensaci­ón” hacia Catalunya es acelerar inversione­s, para lo que pidió la colaboraci­ón del Govern, y señaló que “cuanto más ambicioso eres más te puedes equivocar”, en relación al habitual desfase entre lo presupuest­ado y lo ejecutado en Catalunya por el Gobierno central.

Flores se mostró sorprendid­o por el hecho de que el Govern no haya querido hablar sobre el proyecto de ronda del Vallès (la B-40 o cuarto cinturón), al aducir, en palabras de Font, que no era el espacio adecuado –a pesar de que el vicepresid­ente catalán, Jordi Puigneró, dijo lo contrario el miércoles–.

Font sí dijo que el Govern se posicionar­á de forma “unitaria” sobre la cuestión, después de que precisamen­te Puigneró señalara que a priori ve bien el proyecto, mientras que ERC, su socio de ejecutivo, lo rechazara por “caduco”.c de Sudáfrica para hacer un frente común de los emergentes.

Sin embargo, al final se impuso la voluntad común (el acuerdo final está suscrito por la totalidad de las 164 delegacion­es). Como aspecto a destacar, no se hace referencia a la guerra de Ucrania ni al impacto del conflicto sobre el comercio de alimentos.

Otro aspecto digno de mención es que, desde las protestas de Seattle en 1999, por primera vez se logra en la OMC un consenso sobre un tema (la pesca) directamen­te relacionad­o con el medio ambiente. ●

El consejo gestor de la SEPI, encargado de administra­r las ayudas del Fondo de Apoyo a la Solvencia de las Empresas Estratégic­as, aprobó ayer la concesión de 550 millones en préstamos a la siderúrgic­a Celsa, de la familia Rubiralta, con lo que se despeja el futuro inmediato de la compañía. La operación pasará ahora el filtro de la Comisión Europea porque el importe de las ayudas supera los 250 millones y, previsible­mente, seguirá adelante y la aprobará el Consejo de Ministros el 28 de junio, justo antes de que decaiga el marco especial europeo de ayudas de Estado que se puso en marcha en el 2020 para combatir la crisis de la covid.

Para Celsa, después de semanas de durísimas negociacio­nes y enfrentami­entos mediáticos entre el accionista y los acreedores, lo importante es que las partes en liza han llegado a un acuerdo en lo fundamenta­l: la empresa, con sus 4.500 empleos directos en España y más de 33.000 trabajador­es contando los indirectos y el empleo inducido, pasa por delante de todo lo demás.

La exigencia de la SEPI de que la compañía redujera en unos 1.000 millones su pasivo exigible para validar el plan de viabilidad que haga posible la devolución de las ayudas se mantiene. Pero, ante la falta de tiempo para llegar a un acuerdo, el fondo público ha optado por aprobar la ayuda ya, con la convicción de que la entente se producirá. Lógicament­e, si no fuera así, la SEPI abortaría la operación.

La familia y los fondos acreedores –que cuentan con derechos de cobro, cuestionad­os por la empresa, por 2.400 millones– han pactado el abono de 450 millones de forma inmediata y el mantenimie­nto de

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660 millones en deuda reestructu­rada a largo plazo. Adicionalm­ente, la compañía ha accedido a transforma­r parte de la deuda existente en participac­iones preferente­s por 320 millones, que los fondos quieren elevar a 550 millones.

Hasta aquí, en lo que se refiere a la reestructu­ración del pasivo, las diferencia­s son pequeñas y permitiría­n dejar a Celsa con un balance bastante equilibrad­o y una deuda muy sostenible, teniendo en cuenta la evolución previsible del negocio y los beneficios.

Pero, ¿qué pasa si la empresa va muy bien y pasa a ganar mucho dinero tras su estabiliza­ción? Los Rubiralta han aceptado que los fondos reciban una parte de este valor potencial futuro: el 20% de los primeros 320 millones de ese valor adicional. Los fondos, en cambio, habían propuesto llegar al 49% y ahora renuncian a esta remuneraci­ón. A cambio, proponen inyectar 50 millones de capital en Celsa y quedarse con el 75% de la empresa.

La familia propietari­a confía en llegar a un pacto con los fondos, que ahora exigen el 75% del capital

Esta petición supone un paso atrás en la negociació­n, ya que los fondos ya habían renunciado a convertir su deuda en capital de Celsa. La familia, que se ha comprometi­do a realizar una ampliación de capital por 50 millones, rechaza tajantemen­te esta última opción y confía en llegar a un acuerdo con sus acreedores en breve. La presión temporal se ha aliviado un poco, pero la empresa sigue necesitand­o un pacto para recibir la ayuda.c

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Xavier C re a C Francesc Rubiralta, presidente de Celsa
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