Alba Navas: “Exigimos modelos estéticos más abiertos que abarquen todo tipo de cuerpos y realidades”
1. Acoso escolar. La apariencia física y la raza o religión son los motivos principales de bullying en el mundo, según la Unesco, con las consecuencias para la salud mental que esto conlleva.
2. Exclusión laboral. Un estudio de discriminación corporal en el trabajo de la Universidad de Granada indica que, en el ámbito profesional, el sesgo por peso estaría más enraizado incluso que otras discriminaciones como el racismo o el sexismo.
3. La enfermedad. La obesidad se ha triplicado en el mundo desde 1975, según la Organización Mundial de la Salud. En el 2016, 1.900 millones de mayores de 18 años tenían sobrepeso, de los cuales 650 millones eran obesos.
4. Obesidad infantil. La OMS cifra en más de 340 millones los niños y adolescentes que sufren sobrepeso u obesidad en el mundo. El Ministerio de Consumo indicó que los datos se disparan en las familias con rentas bajas en España.
5. Trastornos alimentarios. Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) afectan a unas 400.000 personas en España, 300.000 jóvenes y adolescentes, según la Fundación Fita. Los expertos señalan que la pandemia ha disparado los casos hasta en un 30%. Un 16% de los trastornos no son diagnosticados y más del 30% reciben un tratamiento inadecuado. gordos”, dice Navas, la enfermera. No obstante, es latente una mayor conciencia por la estigmatización de estas personas y admiten la existencia de una discriminación incluso en el interior de las consultas médicas. “El diagnóstico, independientemente del síntoma, siempre era el peso”, cuenta Campos. Recuerda especialmente un día en que un doctor lo increpó impetuosamente: “En veinte años te dará un infarto y morirás”.
Navas dice que, de mayor, supo que sufría una enfermedad. Conocida como androgenismo, es un trastorno que provoca una alteración hormonal y, entre sus efectos, se encuentran cambios metabólicos como la obesidad. “Nadie hasta entonces se había preocupado de hacerme una analítica para ver que me pasaba”, lamenta. Fue en ese momento cuando entendió que las “1.000 dietas” que había probado no surtían efecto porque “no era una condición que dependiera de la voluntad”.
La sumisión a algún tipo de régimen es un momento por el que todos han pasado. Coinciden en haber hecho “todas las dietas habidas y por haber” y acusan a la in
“A partir de la talla 44 no existimos para la industria de la moda”, se queja Navas. Aseguran que en las tiendas habituales es imposible encontrar ropa que les esté bien. “Pero más allá de que no hay tallas grandes, la publicidad y los maniquíes siempre muestran a personas delgadas”, añade Campos. Esta industria de la moda no es más que la representación del canon estético para ellos, basado en una “delgadez enfermiza’’.
Tampoco se escapa de estigmas el ámbito deportivo, donde algunas personas han sufrido una gran discriminación. “De pequeña hacía gimnasia rítmica y me tuve que alejar porque me sentía señalada”, dice Navas. Algo parecido le sucedió a Campos, que menciona una vez en que su equipo deportivo le prohibió participar en una competición porque “que fuera una persona gorda daba una mala imagen al equipo”.
También los complejos a la hora de vestirse, hacerse fotos o salir a la calle. Rodríguez hacía años que no se ponía una falda y hasta hace poco retocaba todas las fotos que subía a las redes sociales. “Pasé toda mi adolescencia sin ir a la playa o a la piscina, porque me daba vergüenza que me vieran”. Durante su paso por Eufòria, recibió ciberacoso por redes. “Me acusaban de fomentar la obesidad”, expone y reitera que “ser uno mismo no es hacer apología de nada”.
Se apropian del término gordo como seña de identidad. “No me gusta cuando se habla de cuerpos no normativos. ¿Acaso no soy normal?”, critica Navas. “Reivindicamos modelos estéticos más abiertos que abarquen todo tipo de cuerpos y tallas”, añade. “Soy gorda”, afirma Rodríguez y concluye: “Estarlo es algo transitorio, serlo es aceptarse a uno mismo”.c
Los datos
La psicóloga sanitaria y dietistanutricionista Andrea Arroyo (Barcelona, 1986) afirma que ayudar a las personas es el motor de su vida profesional. Está especializada en trastornos de la conducta alimentaria, el sobrepeso, la obesidad y la psicología de la alimentación. Combina la práctica asistencial en su propia consulta con la investigación y la docencia en la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad Isabel I de Castilla.
¿Se discrimina a las personas con sobrepeso u obesidad?
Existe una realidad social en la cual estas personas se sienten apartadas y diferentes. Piensan que no pertenecen al resto de la sociedad. El rechazo hacia las personas grasas comporta que se sientan, en muchas ocasiones, discriminadas y marginadas. A esto le llamamos gordofobia.
Existe un amplio debate sobre la clasificación de la obesidad, ¿qué consideración le da usted?
Es una enfermedad grave y crónica, ocasionada por un exceso de grasa corporal. En función de la cantidad y de dónde está localizada, puede tener mayor o menor gravedad. Para detectarla se empleaba el índice de masa corporal (IMC), que mide el exceso de peso, no de grasa. Por eso hay que replantearse las prácticas sanitarias.
Entonces, ¿se pueden obtener diagnósticos erróneos?
A veces olvidamos otras realidades que afectan a las personas con obesidad. Los profesionales sanitarios han debatido profundamente sobre esta cuestión y algunos ya desaconsejan el uso del IMC. Nos encontramos ante una condición multifactorial.
Quienes la sufren acostumbran a sentir que la sociedad les culpa por estar gordos, atribuyéndolo a una falta de voluntad y de autocuidado.
Pensar que padecer obesidad es producto de la vagancia es un error. Más allá de la apariencia física, invisibilizamos las condiciones económicas, culturales, genéticas, educativas y psicológicas. También obviamos los trastornos hormonales, emocionales, endocrinos o del sueño. Además, padecer obesidad no implica ser una persona insana.
Algunos testimonios denuncian tratos discriminatorios en las consultas médicas…
Los profesionales sanitarios debemos revisarnos porque, a veces, discriminamos o estigmatizamos ciertas características de personas que vienen en busca de ayuda. Ante todo, el paciente debe ser tratado con respeto, con
ENTREVISTA
GERARD GUERRERO
Multifactorial “El tratamiento debe ser un trabajo conjunto entre el paciente y distintos especialistas”
fianza y empatía, tratando de comprender su realidad.
Explica que se trata de una enfermedad multifactorial. ¿El tratamiento también debe serlo?
La evidencia científica demuestra que una buena alimentación y hacer ejercicio es insuficiente. El tratamiento ha de ser multidisciplinar, incorporando un trabajo conjunto del paciente con nutricionistas, entrenadores personales, psicólogos, psiquiatras, endocrinólogos y digestólogos, y tantos profesionales como sea necesario.
La salud mental se ha convertido en una preocupación social, especialmente tras la pandemia. ¿Cómo incide en las personas con esta condición?
Tiene una afectación enorme y hasta ahora se había dejado a un lado. Si ignoramos los sentimientos y emociones, la autoestima o la discriminación que sufre el paciente en su entorno, perjudicamos su tratamiento y bienestar.
¿Sufrir obesidad puede desarrollar trastornos de la conducta alimentaria (TCA)?
Hay aspectos psicológicos estrechamente vinculados a la enfermedad y la línea que los separa de los TCA es muy fina. El trastorno por atracón puede derivar en obesidad, como también la depresión o la ansiedad.
¿Existe una presión por estar delgado?
La sociedad nos empuja a la delgadez. Se asocia el éxito o el poder con esta condición. Por este motivo, cuando nos alejamos de ella, nos sentimos fracasados.c