“Si me pagaran por mi opinión, sería político, pero mi trabajo es hacer feliz con la ropa”
Yo no hago arte, yo trabajo para la gente de la calle. El mayor elogio es que quien trabaja duro para ganar su dinero compre nuestros productos. No es que la gente diga, oh, es hermoso. O la prensa escriba sobre ello. No, lo más importante es que la gente te compre.
Usted mismo es imagen en sus campañas... ¿cuestión de ego o es el mejor embajador de su marca?
Siempre he sido el embajador para transmitir un estilo de vida muy claro. Gracias a este fuerte enfoque he construido una imagen con la que el consumidor se identifica.
Dice usted que los grandes
Nueva colección.
Dijeron, quién es ese tipo alemán. Estará fuera en un año, tal vez dos. No somos ricos, no tenemos padres ricos. No tenemos dinero de un inversor ni de un banco. La única razón por la que existimos es porque hay un cliente que compra el producto y no la marca. Porque cuando empecé, esto no era una marca.
¿Qué hace diferente una camiseta de las suyas?
Si miras esta camiseta que cuesta 1.000 euros está cuajada de pedrería, eso la hace especial.
Diseñar para la calle “Hay mucho diseñador en las grandes marcas que trabajan para ellos mismos. Es sólo ego”
¿Moda con mensaje?
“Es muy difícil vender por 1.000 euros una camiseta que no aparenta costarlos”
¿Y sus camisetas lisas que sólo llevan el logo?
Pagas por esta hermosa decoración, por la experiencia de compra. Pero cuando hablamos de las gafas, quiero tener un producto, no un nombre en él. Son muy complicadas de diseñar porque es algo que te pones en la cara. Y eso es muy íntimo, muy personal. Por eso las gafas son un gran desafío”.