Una exposición, ahora en Florencia y en otoño en Berlín y luego en Londres, reúne como nunca antes su obra
más relevante es la considerada primera estatua pagana del renacimiento, el jocoso AmoreAttis. “Donatello es un fenómeno de ruptura que introdujo nuevas maneras de pensar, de producir y de vivir el arte, quizá sea el artista más original y revolucionario de toda la historia del arte occidental”, insiste el experto.
Y entre las novedades técnicas que introdujo destaca el uso del stiacciato, un relieve muy sutil con sensación de perspectiva, aquella que su amigo Brunelleschi concibió y puso de moda entre sus coetáneos como característica principal del Renacimiento. Bellos ejemplos de esta técnica son las cálidas obras en mármol la Madonna
Pazzi o la Madonna Dudley, esta última del Victoria and Albert Museum de Londres. Él retrata a la Virgen de perfil atendiendo a su hijo, ignorando al espectador, un modelo que servirá a los artistas posteriores, empezando por el mismísimo Miguel Ángel.
Precisamente, uno de los objetivos de esta recuperación de la figura de Donatello consiste en “ejemplificar hasta qué punto fue el artista guía del Renacimiento”, explica Paola D’Agostino, directora del Museo del Bargello. Caglioti va más allá: “es incalculable el número de seguidores que tuvo en el siglo XV, tanto en escultura como en pintura. En el XVI, sus nombres –Leonardo, Miguel Ángel, Rafael, Pontormo, Rosso Fiorentino, Bronzino, Jacopo Sansovi