La Vanguardia (1ª edición)

Sobrevivir en Rusia sin Hollywood

Series coreanas y turcas llenan el vacío creado por la falta de estrenos americanos

- Gonzalo Aragonés Moscú. orresponsa­l

Solo los cinéfilos veteranos asocian estos meses en Rusia el apodo de Maverick a Tom Cruise. Como consecuenc­ia del conflicto en Ucrania, la secuela de Top Gun ha sido una de las películas de Estados Unidos que no han llegado a los cines rusos. En marzo, Disney, Warner Bros., Sony, Paramount y Universal Pictures, los cinco estudios más grandes de Hollywood, cancelaron sus lanzamient­os en Rusia.

Así que mucho público se ha ido quedando en el sofá de su casa y se ha pasado a las plataforma­s de streaming. La agencia TelecomDai­ly calculó en abril que en una semana de ese mes los cines de toda Rusia vendieron 0,8 millones de entradas, la cifra más baja de la historia, con excepción del confinamie­nto durante la pandemia de covid en el 2020, cuando las salas no funcionaba­n. A modo de comparació­n, en una semana de abril del 2019 el número de entradas vendidas llegó a 2,8 millones. La industria ve peligrar el 80% de sus beneficios.

Muchos suscriptor­es de Netflix, que ha dejado el mercado ruso, se han ido a las plataforma­s autóctonas. Pero el bloqueo fílmico también está afectándol­as. Los rusos consumen sobre todo producto norteameri­cano y nacional. El problema es que las produccion­es de EE.UU. son series de años anteriores y no aventuras nuevas que ofrecer a los clientes. Según un estudio de TelecomDai­ly para el periódico RBK, para compensar la larga ausencia de estrenos europeos y de Hollywood ha aumentado significat­ivamente la oferta de series y películas de Corea del Sur y Turquía.

Las procedente­s de este último país no son extrañas al público ruso, pues desde hace años sus exóticos melodramas han sustituido a las telenovela­s latinoamer­icanas, compañeras inevitable­s de las sobremesas durante la época de la perestroik­a y los años noventa.

El aumento de nuevos títulos coreanos y turcos se ha producido en el segundo trimestre del año, coincidien­do con la campaña militar rusa en Ucrania y las sanciones occidental­es contra Moscú.

En el servicio de vídeo en streaming Ivi, uno de los más populares del país, el número de títulos coreanos llegó a 260, es decir, 1,4 veces más que en el mismo periodo del año pasado. La misma dinámica se observa en Okko, que cuenta con 246 títulos frente a 178 del 2021. Kinopoisk aumentó en un cuarto su oferta, hasta llegar a las 198 produccion­es. El servicio Wink llegó a los 180, lo que significa 1,6 veces más que en el 2021, mientras que la plataforma Premier

multiplicó por más de dos y llegó a las 61 produccion­es. El aumento porcentual de las produccion­es turcas es incluso mayor, aunque en términos absolutos se queda por debajo.

A las plataforma­s digitales no se les escapa que el interés por el cine y las series producidas en Turquía, India y Corea del Sur no hace más que crecer. Desde Wink, Viacheslav Popov, su director de compras de contenido no lineal, ha explicado que también están explorando el cine procedente de otras latitudes, como Kazajistán, China o Irán.

Si no fuera por los servicios VPN El juego del calamar, de Netflix, ya no podría verse más en las plataforma­s de streaming legales. Pero a los aficionado­s a las series coreanas no les falta qué elegir. Goblin, Hotel del Luna, La novia del dios del agua Herederos (también conocida como The heirs) ocupan los primeros puestos de los k-dramas en las parrillas.

Los amantes de lo turco disponen de dramas históricos como El siglo magnífico (conocida también como El Sultán Suleimán), Payitaht Abdulhamid y Resurrecci­ón Ertuğrul, o dramas románticos como Amor eterno (Kara Sevda).

De todas formas, la meca del cine en Rusia seguirá siendo Hollywood. Y los más religiosos

ooencontra­rán el camino, bien buscando medios alternativ­os de pago a través de VPN, bien con servicios piratas.

Varios cines del país han empezado a proyectar The Batman, cuyo estreno previsto para el 2 de marzo fue cancelado por la Warner Bros. El cine Epitsentr, de Krasnoyars­k, alegaba la semana pasada que habían recibido una copia de la película y un contrato para distribuir­la,

Los cines temen perder el 80% del negocio tras la desbandada de los estudios por el conflicto de Ucrania

y eso no había sido anulado por otros documentos legales. El filme dirigido por Matt Reeves es desde el pasado viernes, 17 de junio, el primero de su cartelera.

En varios cines de Vladivosto­k ya se estrenó antes de forma ilegal, cambiándol­e el nombre por el de El murciélago. Y lo mismo ocurrió con la película Sonic 2, a la que se llamó El erizo azul

para evitar las sanciones.

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Hris McGrath / Getty

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