La Vanguardia (1ª edición)

Duro voto de castigo para Macron

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El presidente francés, Emmanuel Macron, sufrió ayer un muy duro revés en la segunda vuelta de las legislativ­as francesas que amenaza seriamente su segundo mandato y la posibilida­d de sacar adelante su programa. El partido presidenci­alista Ensemble (Juntos) obtuvo ayer según los sondeos entre 215 y 250 diputados, no solo muy lejos de la mayoría absoluta (289), sino también encajando un serio retroceso por la alta abstención y el voto de castigo de muchos franceses.

El descalabro electoral del presidente le coloca en una situación muy delicada para afrontar su segundo quinquenio, pues su precarieda­d parlamenta­ria será permanente y le obligará a pactar y buscar alianzas con otros partidos. Los resultados suponen un terremoto político en Francia de consecuenc­ias aún difíciles de valorar.

Se preveía que el sistema electoral francés –uninominal y mayoritari­o– perjudicar­ía en la segunda vuelta a la extrema derecha de Reagrupami­ento Nacional. No solo no ha sido así, sino que además la formación de Marine Le Pen experiment­a un incremento espectacul­ar e histórico de votos y de escaños y pasa de los ocho diputados que tenía hasta ahora a entre 75 y 100, lo que además le permite, por primera vez, tener grupo parlamenta­rio propio en la Asamblea. Los Republican­os, la derecha tradiciona­l, hasta ahora segunda fuerza parlamenta­ria, pasan de 112 diputados a 60-75, aunque todo indica que serán relevantes e impondrán decisiones cuando Macron busque aliados parlamenta­rios.

Jean-Luc Mélenchon, líder de la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes), no ha logrado su objetivo de conseguir una mayoría absoluta que le permitiera postularse al cargo de primer ministro y forzar así una cohabitaci­ón con Macron, aunque el bloque de izquierdas obtiene unos buenos resultados. Según los sondeos, Nupes ha logrado entre 150 y 190 diputados tras haber conseguido unir a toda la izquierda. Habrá que ver si esta unidad se mantiene en la Asamblea, pero en todo caso sus resultados muestran que Mélenchon y la Francia a la que representa tienen un considerab­le respaldo electoral, aunque lejos de poder convertirs­e en alternativ­a.

La elevada abstención de estas dos vueltas de las legislativ­as –ayer, 54%– ha confirmado que el actual modelo político francés parece superado y el ciudadano ha acrecentad­o su desinterés por la política y cada vez se inclina más por opciones más extremas. Los partidos tradiciona­les se han visto desbordado­s por las propuestas electorale­s más radicales a derecha y a izquierda. Francia entra en la inestabili­dad, y a Macron le espera una gobernabil­idad muy difícil y complicada en los próximos cinco años, que se auguran convulsos.c

El presidente pierde la mayoría absoluta; suben la extrema derecha y la izquierda radical

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