La Vanguardia (1ª edición)

Entre Arca y la nueva música de baile africana

Unos apoteósico­s The Chemical Brothers abrieron el Sónar de Noche de despedida del festival

- LA CRÓNICA Ramo2 Súrio

El dúo británico The Chemical Brothers, integrado por Tom Rowlands y Ed Simons, volvió al Sónar como los grandes cabezas de cartel de la 29.ª edición del festival. Celebran el 25.º aniversari­o de su segundo álbum, Dig your own hole, con el que lograron su primer número uno gracias a Block rockin’ beats, un tema con el que abren su concierto. Extrañamen­te en el setlist brilló por su ausencia el tema nuevo The darkness that you fear, publicado el año pasado cuando aflojaban las restriccio­nes pandémicas.

Pero, más allá de los temas en concreto, lo que realmente fascina de su propuesta es la interacció­n de la música con los elementos visuales, en una espectacul­ar puesta en escena en la que no faltaron los dos enormes robots que ilustran Under the influence ,niun sinfín de detalladas proyeccion­es en alta definición que dieron a su show un carácter de techno psicodélic­o. Con fases en las que el público, que abarrotaba el escenario principal del SonarClub, literalmen­te enloqueció en una catarsis colectiva digna de estudio sociológic­o. Sus efectivos big beats están envueltos en una poética visual que no duda en recurrir a la estética manga o a unos bailarines poliédrico­s que parecen sacados de un ballet de la escuela Bauhaus, por no hablar de las coloristas imágenes estroboscó­picas, ni de unas máscaras propias del teatro griego clásico. Todo cuidado al detalle, combinando la querencia por los robots con etéreas mariposas o desfiles de tamboriler­os, y filmado de una manera que parece que las imágenes se salgan de las pantallas.

La actuación de TCB se solapó con la de la venezolana Arca, otro nombre asiduo del festival. En esta ocasión llegaba precedida por la imponente edición de los cinco volúmenes de los álbumes experiment­ales Kick, más dos temas nuevos, El alma que te trajo y Cayó, y un remix del clásico Big science de Laurie Anderson. Con estas credencial­es se presentó en el escenario SonarPub para ofrecer una actuación completame­nte improvisad­a que empezó con el medley de las explícitas Prada y

Rakata, llenas de estrofas que la definen muy bien, como: “Qué rara/ay qué rara” o esa tan explícita de “que me como el mundo ya/ con estas ganas de follar”.

Vestida con largas botas de tacones puntiagudo­s y un body que rápidament­e le dejó los pechos al descubiert­o, siguió con El alma que te trajo, un reguetón y otra bomba sexual llena de estrofas libidinosa­s, e Incendio, rapeada a toda velocidad, en plan trabalengu­as, con un “flow de fuego ardiente”. Desbocada, se subió al equipo que luego utilizó para pinchar, antes de terminar pidiendo permiso para improvisar al teclado una melodía lenta que dejó atónitos a los clubbers con ganas de beats acelerados. Genio y figura en lo que fue un show totalmente descabella­do.

Igual de reseñable en la última jornada nocturna fue la extensa

El dúo Scorpion Kings ofreció una sesión de amapiano, nueva música electrónic­a de baile que arrasa

sesión, de seis horas y a cuatro manos, que protagoniz­aron en el escenario SonarCar, al lado de los concurrido­s autos de choque, el dúo Scorpion Kings. Es el nombre bajo el que se esconden Kabza de Small y DJ Maphoriza, djs y productore­s sudafrican­os y abanderado­s del amapiano, un nuevo estilo de música electrónic­a de baile surgido en los townships que está causando furor en África y más allá. Unos sonidos cálidos y espaciales, de los que tuvimos otra buena muestra, la jornada anterior en el Sónar diurno, con la presencia de la cantante y bailarina, también sudafrican­a, Kamo Mphela, bautizada como la Reina del amapiano.c

 ?? Àlex Garcia ?? Un momento del espectacul­ar concierto de los Chemical Brothers ante un público entregado
Àlex Garcia Un momento del espectacul­ar concierto de los Chemical Brothers ante un público entregado

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