La Vanguardia (1ª edición)

Subidón para Girona

Horas después del baloncesto, el equipo de Míchel marca tres goles para ganar en Tenerife y lograr su segundo ascenso de la historia a Primera División

- Carles Ruipérez

A Girona se la conoce como la ciudad tres veces inmortal por resistir a tres asedios de las tropas napoleónic­as a principios del siglo XIX. El fútbol fue constataci­ón de ese espíritu indómito, rebelde y que no se rinde. En el 2017 se levantó y ascendió directamen­te después de tres playoff perdidos. Ayerregres­óaPrimerad­espuésde dos finales crueles en el 2020 y el 2021 en Montilivi, contra el Elche y el Rayo, horas después de que lo hiciese el equipo de baloncesto.

El maleficio de las eliminator­ias de ascenso se acabó con un triunfo histórico en el Heliodoro Rodríguez López que significab­a la segunda promoción a Primera del club gerundense para el que Tenerife pasa a ser una isla mágica en el día más grande de la ciudad.

El sexto clasificad­o de la Liga Smartbank volvió a dar el golpe. Y ya van muchas. El equipo que accede al playoff como el tapado suele dar la sorpresa. El Girona, al que tantas veces han dejado con la miel en los labios contra pronóstico, fue esta vez quien hizo saltar la banca.

Necesitaba­n los de Míchel marcar, pedía el técnico goles y sus jugadores le proporcion­aron hasta tres. Se adelantaro­n una vez, cuando el Tenerife empató volvieron a golpear y, a falta de 10 minutos para el final, llegó el tercero que casi sentenciab­a el ascenso. Stuani, Baena y Arnau, tres hombres importantí­simos, tuvieron una aportación indispensa­ble. Cosas del destino.

El partido empezó con las lágrimas de Ivan Martín, que se tuvo que retirar pasados los diez minutos por culpa de una lesión tras recibir una falta por detrás de Álex Corredera. El joven centrocamp­ista estaba dolido por no poder ayudar más a su equipo. Samu Sáiz, al que el técnico del Girona parecía que reservaba, se veía obligado a entrar cuando aún quedaba todo el partido por delante.

Pero Sáiz, futbolista con buen pie y mucho bagaje, dio mucho poso al juego del conjunto gerundense, que pasó a dominar el encuentro. Hasta el punto de que Soriano tuvo que lucirse para sacar un disparo del mediapunta.

Era el preludio. Un disparo lejano de Juanpe impactó en la mano de Sergio González dentro del área en su intento de despejar el peligro. El penalti era claro y así lo señaló el árbitro. Cristhian Stuani, el goleador, lo transformó. El uruguayo es incombusti­ble y ha superado las 100 dianas como rojiblanco (106). Con 35 años ha sido básico en la temporada del Girona con 24 goles, dos de ellos en Eibar y en Tenerife.

Los de Ramis quisieron reaccionar rápido, antes del descanso, y pidieron una pena máxima en un rechace de cabeza de Bueno. El VAR confirmó que no había nada punible y el 0-1 se mantenía.

Evidenteme­nte, los locales apretaron en la reanudació­n y Carlos Ruiz, aprovechan­do un despiste defensivo de Arnau en el segundo poste, batió a Juan Carlos al cabecear un buen envío de Corredera. La afición chicharrer­a celebró el tanto, que ya les valía.

Parecía que el Girona estaba fuera del partido viendo como Baena protestaba una falta y se ganaba la amarilla. Pero a la jugada siguiente, en una contra, el mismo Baena realizaba un centro-chut desde la derecha que se envenenaba cuando tocó en el pecho de José León. Soriano, pese a su buena reacción, no pudo evitar que la pelota se colase en la red.

La alegría del Girona provocó el lanzamient­o de muchos objetos desde la grada, que se resignó definitiva­mente

 ?? M guel Barreto / EFE ?? Los jugadores del Girona celebran el tercer gol que sentenciab­a el partido, la eliminator­ia y el ascenso
M guel Barreto / EFE Los jugadores del Girona celebran el tercer gol que sentenciab­a el partido, la eliminator­ia y el ascenso

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