Gran examen para tertulianos
Buen programa especial de Radio Nacional de España para, en tiempo real, explicar las elecciones andaluzas. La red de corresponsales de la emisora permite una cobertura diversa. Los analistas que opinan sobre las expectativas y los resultados moderan sus impulsos subjetivos. José Antonio Zarzalejos atribuye el éxito de Juan Manuel Moreno a su talento para evitar la confrontación gratuita y situarse en una zona de templanza que el electorado le agradece. También se subraya su carisma, que destila una especie de simpatía y cordialidad más propias de un buen maître de restaurante que de un político del mismo partido que cada miércoles baja el listón de la oratoria parlamentaria en las sesiones de control del congreso.
Los puntos de vista expresados en RNE aportan más sustancia reflexiva que adrenalina de la discordia, sobre todo durante la hora en la que aún no han llegado los resultados. Se comenta que en un momento en el que la incertidumbre y el desánimo se imponen como una constante, los electores prefieren una continuidad controlada y previsible que el riesgo de un cambio. Eso explicaría que, tras la pandemia, los que gobernaban en las autonomías no solo vuelvan a ganar sino que mejoren sus resultados.
Anécdota: en un colegio electoral, dentro de uno de los sobres aparece una viñeta de Mortadelo y Filemón muy crítica con la política en España.
El lunes mediático arrastra la efervescencia del domingo. Hay que quitarse el sombrero ante la capacidad de los tertulianos para convertirse en mortadelos de la opinión. Tienen que ser capaces de analizar a) los resultados de las elecciones andaluzas, b) francesas, c) colombianas, d) el enquistamiento de la guerra en Ucrania. Y si trabajan en emisoras en catalán, saberse entusiasmar con los éxitos de e) el fútbol gerundense, f) el baloncesto gerundense y analizar g) los estragos de los incendios.
Los documentos sonoros son intercambiables: si escuchas la euforia del entrenador del Girona celebrando el ascenso, puedes confundirla con la de Juan Manuel Bonilla. Quizá por eso, en Onda Cero Carlos Alsina explica los resultados por provincias, como si fueran una competición entre PSOE y PP, con diputados ganados y perdidos en vez de goles marcados o encajados. Alsina también
La simpatía de Moreno es más propia de un buen maître que de un político
admite que la tentación de dar por muerto (políticamente) a Sánchez debe tener en cuenta su capacidad de supervivencia. Sobre Andalucía, es más fácil deducir las simpatías de cada uno. En la Cope, Carlos Dávila habla de “hecatombe socialista” y casi puedes oír el deleite gástrico con el que lo dice. Queda por resolver qué tratamiento le darán a Juan Manuel Bonilla. Ha explotado el concepto de proximidad de Juanma con tanta eficacia que al hablar de él se repite la familiaridad tóxica de los que, como si lo conocieran de toda la vida, llaman Rafa a Rafael Nadal y, propulsados por las ganas de acabar con Sánchez, gritan: “¡Vamos, Juanma!”.