Ni una palabra de Oltra para la menor abusada –¿una fresca?– y mutis del feminismo oficial
“ética” de la democracia. Vamos, que se queda pero lo hace por una España mejor para nuestros hijos y nietos.
¿Qué pasaría si Mónica Oltra y su exmarido fuesen cargos del PP o gente conservadora? Los hechos fueron denunciados por un abogado afín a la extrema derecha. Bueno, ¿y qué? Como si es colchonero, maoísta o presidente de una comisión de Fallas, lo importante es que la justicia dirima si la Administración maquinó para echar mierda sobre la menor y encubrir.
La vicepresidenta Oltra no se mueve del sillón, mata por su ex y se escuda en el estribillo de una extrema izquierda cuyas escisiones, postureos y lecciones de superioridad moral –véase la CUP y el caso de acoso sexual a Mireia Boya– les alejan de la gente. Se están hundiendo y acabarán por arrastrar al PSOE...
¿Alguien ha escuchado unas palabras de apoyo, solidaridad o afecto de Oltra hacia la víctima? A ver si pensamos que era una fresca, el exmarido un Adán ingenuo y la vicepresidenta una mártir a la que jueces y policías tratan de hundir porque son fachas, franquistas, machistas, etcétera, etcétera, etcétera. El método Borràs.
¡Y cómo callan ciertos movimientos y organismos feministas de tuits fáciles! ¿Respeto a la presunción de inocencia o a las subvenciones que reciben de quienes, como Mónica Oltra, demuestran desfachatez y arrogancia?c