El Ayuntamiento ultima la gran ofensiva contra los bicitaxis
El gobierno municipal prepara una inminente campaña de decomisos: ya tiene espacio para 50 vehículos
El Ayuntamiento de Barcelona está ultimando una gran ofensiva para erradicar el negocio de los bicitaxis este verano. La Guardia Urbana pondrá en marcha en pocos días una intensa campaña de sanciones y decomisos. El Consistorio está remitiendo estos días al medio millar de bicitaxistas registrados notificaciones de advertencia para recordarles que llevar a cabo esta actividad económica sin licencia conlleva una multa y la incautación del vehículo.
Lo de bicitaxistas registrados es un modo de hablar, un tímido intento municipal a principios del mandato anterior de ordenar una actividad que ya se descontrolaba. Todas las normas del Consistorio para regularla devinieron en papel mojado. Escribiendo a los conductores, el ejecutivo municipal quiere transmitirles que esta vez no se andará con medias tintas. El Consistorio ya dispone de un par de lugares donde caben unos 50 bicitaxis para estas primeras semanas. La idea es que estos espacios se llenen poco a poco hasta poder albergar 200. La intensidad de la operación será progresiva.
Además, amparándose precisamente en la falta de licencia, el Ayuntamiento confía en que los infractores no puedan recuperar los vehículos decomisados antes de seis meses. Tendrán que esperar que termine de tramitarse el expediente sancionador en cuestión. Fuentes municipales señalan que esta circunstancia terminará de desanimar a los propietarios de las flotas, a los verdaderos dueños de los bicitaxis. La mayor parte de estos armatostes pertenecen a unos pocos que los alquilan por semanas por unos 150 euros, según la época del año, a los conductores que los explotan como mejor les parece.
Responsables del operativo esperan que la mayoría de bicitaxistas dejen el negocio antes de que el Ayuntamiento tenga problemas de espacio. El problema es que la de bicitaxista es la ocupación clandestina, sumergida y relacionada con el turismo más rentable de todas las que proliferan estas fechas, más que la venta de pareos, mojitos, sombrillas... En el Primavera Sound algunos cobraron 50 euros por llevarte a la plaza Catalunya y un turista americano pagó 500 por un traslado de la playa al hotel Juan Carlos I.
Y el Ayuntamiento también pondrá el acento en el carácter lucrativo de esta actividad al margen para elaborar un decreto que termine de desterrarla de Barcelona este verano. El otro frente abierto con este objetivo corresponde a la Generalitat. El gobierno municipal ya solicitó al Govern que prohíba esta actividad en tanto que el transporte de viajeros es una de sus competencias. La idea es acabar con un negocio que no cesa de generar quejas vecinales, y no ilegalizar el uso del vehículo.c