Dejar un trozo de bocadillo o emplear mal las papeleras aumentan los riesgos
de Catalunya que la pandemia también alteró los hábitos de estos animales, que últimamente los roedores se acercan con mayor desfachatez a las zonas frecuentadas por las personas, que aquellas restricciones a la movilidad impuestas a las personas les animó a aventurarse por rincones desconocidos... La verdad es que las gaviotas y las palomas también camparon a sus anchas.
Y encima la vuelta a la normalidad supone otro factor de riesgo. Tarafa y Realp también quisieron enviar un mensaje a los barceloneses en estos momentos tan cruciales. Porque en esta cuestión, la corresponsabilidad ciudadana también es imprescindible. El uso intensivo del espacio público también puede desmadrar las colonias de roedores urbanos. En estas fechas uno tiene que mantener la ciudad como la propia cocina. Más que nunca. Cualquier resto de comida abandonada no hará otra cosa que alimentarlas, a las colonias de roedores. Un trozo de bocadillo en el parque de la Ciutadella, restos de pienso para alimentar palomas en la plaza Catalunya, bordes de pizza arrojados en cualquier papelera... Y el cuidado del verde urbano también es muy importante. Emplear los parterres como papeleras también multiplica los riesgos, entre otras incívicas costumbres.
“Por ello pedimos a la ciudadanía que extreme las medidas de precaución y también que comunique al Ayuntamiento cualquier incidencia de la que tenga conocimiento –prosiguieron
Tarafa y Realp–. Los técnicos del Ayuntamiento inspeccionarán el lugar en cuestión, a fin de ponderar la situación, en menos de 48 horas. Y luego el seguimiento de la situación puede prolongarse durante varias semanas si es necesario. A este respecto cabe señalar que Barcelona no tiene ningún problema de salud pública. Este trabajo es eminentemente preventivo”. Afortunadamente, el malestar que producen estas incidencias da pie que la comunicación ciudadana resulte muy fluida.c