“¡No pedimos que transicionen antes de los 12 años!”
Los transgéneros, vetados para las grandes pruebas de la FINA
En marzo, Lia Thomas (23) arrasaba a sus rivales en las 500 yardas femeninas estilo libre de los Campeonatos NCAA de Estados Unidos.
Y luego dijo:
–Quiero ser olímpica en París 2024.
Y en ese momento se encendieron las alarmas en los despachos de la Federación Internacional de Natación (FINA), preocupación que, como un ventilador, iba a extenderse a todos los ámbitos del deporte.
Algunos entes reaccionaron. La Unión Ciclista Internacional (UCI) elevó el periodo de espera para el transexual que ha transicionado a mujer. Para la ciclista, el compás de espera es ahora de dos años desde su transición, el doble de los doce meses que se le exigía antes.
La FINA también ha reaccionado. Lo ha hecho ahora.
El domingo en Budapest, sede de los Mundiales que se están celebrando en estos días, el Congreso Extraordinario abría una votación.
Se le planteó a sus miembros:
–¡No estamos diciendo eso! ¡Es ridículo! –saltaba ayer James Pearce, portavoz de la FINA–. Lo que estamos diciendo, basándonos en las opiniones de los científicos, es que la nadadora obtendrá una ventaja injusta si ha transicionado después del inicio de la pubertad (...) De hecho, en la mayoría de los países nadie puede transicionar a una edad tan temprana, y gracias a Dios nadie se vería empujado a hacerlo. Básicamente, lo que decimos es que la mayoría de deportistas que transicionan tras
Er
En marzo, Lia Thomas se planteaba ser olímpica en natación; su discurso encendió las alarmas
la pubertad gozarían de múltiples ventajas.
Los votantes sacaron adelante la propuesta apoyándose en tres argumentos: la igualdad de oportunidades, la ética en el deporte y la salud del deportista. Representantes del movimiento LGTBI y escépticos la cuestio