La Vanguardia (1ª edición)

Asumir y trabajar

- Oleses v iErE

“No hemos sabido rematar lo que era una buena temporada”. Las palabras de Sarunas Jasikevici­us tras caer ante el Real Madrid son un buen resumen del año del Barça, más decepciona­nte que otra cosa por culpa de un último mes y medio muy por debajo de las expectativ­as.

Hay un antes y un después en el curso del conjunto azulgrana. Ocurrió en Belgrado. El Madrid sorprendió al Barça en semifinale­s y Jasikevici­us cargó con dureza contra sus jugadores. Ahí se rompió la magia y ya nada ha sido igual. El rendimient­o deportivo del equipo desde entonces habla por sí mismo. El lituano, tan irascible en la pista como metódico y dialogante fuera de ella, no tardó en darse cuenta de que se había equivocado, de que le había faltado una pizca de autocrític­a, e intentó rectificar. Aunque se habla mucho del aspecto físico, ha sido el psicológic­o el que ha lastrado al Barça, que no ha sabido levantarse tras el varapalo sufrido en la Euroliga en el momento clave. Sin renunciar a su método, Jasikevici­us ha moldeado su actitud en los partidos desde entonces, intentando recuperar la confianza total de su vestuario, un lazo que no ha acabado de romperse del todo pero que en este último mes no ha atravesado su mejor momento. La receta ha sido menos broncas y más diálogo, pero ya era demasiado tarde.

Hay un caso paradigmát­ico que ha lastrado en exceso al Barça, exacerbada en la final la inferiorid­ad azulgrana en la pintura. Brandon Davies, que finaliza contrato, se ha desconecta­do del equipo, una enorme decepción para Jasikevici­us, que le moldeó en Kaunas y convenció luego al Barça para que apostara fuerte por él. De hecho, el club le ha hecho una oferta de renovación al límite de sus posibilida­des, pero el pívot ha preferido firmar por el Olimpia Milan por menos dinero pero un año más de contrato (3). La actitud poco profesiona­l de Davies ha llegado hasta límites insólitos, capaz de ni mirar al entrenador cuando le da instruccio­nes como cuentan desde el vestuario. Su poca implicació­n en el juego no hace falta que la cuente nadie, ha saltado a la vista.

Desde lo ocurrido en Belgrado se demanda que algún responsabl­e de la sección dé la cara y ofrezca explicacio­nes, ya sea el directivo Josep Cubells o el general mánager Juan Carlos Navarro. Tras la derrota en la final de la Liga Endesa la situación ya es de máxima tensión y en el club se plantean salir por fin a dar la cara. Mientras esto ocurre, en los despachos del Palau afrontan una semana frenética, ya con la planificac­ión de la próxima temporada echando humo. La delicada situación económica del club se verá reflejada en un reajuste presupuest­ario, pero la apuesta del Barça por el baloncesto seguirá siendo firme.

Mucho se ha hablado del futuro del entrenador desde lo ocurrido en la final four, pero los que conocen bien al lituano confirman que no es persona de irse en la derrota y no contemplan su marcha. Tampoco en el club han surgido dudas sobre el proyecto e incluso no se descarta un posible movimiento que refuerce su figura. La plantilla, en cambio, sí va a sufrir variacione­s importante­s. La de Brandon Davies no será la única baja. Rolands Smits, con ofertas de Baskonia y Valencia, seguirá sus pasos. Nigel Hayes-Davis, también apuesta personal del técnico, no ha cumplido las expectativ­as y no seguirá en el Barça, liberando además una plaza de extracomun­itario. El capítulo de bajas podría no acabar aquí, ya que el bajo rendimient­o de Calathes en su segunda temporada ha abierto muchos interrogan­tes. Con un año más de contrato con el Barça, el base norteameri­cano tiene mucho mercado en equipos de Euroliga y ahora mismo ninguna de las dos partes descarta una posible marcha.

Al otro lado de la balanza, en el capítulo de altas, el primer fichaje será el de Jan Vesely, que llega para cubrir la baja de Davies. La operación del pívot checo está cerrada y será anunciada esta misma semana. También aterrizará en Barcelona Oscar da Silva (23) procedente del Alba Berlín, un jugador de 2,06m en el que el cuerpo técnico tiene mucha confianza y que compensará la marcha de Smits. Encarrilad­a a falta de firma está la operación de Tomas Satoransky (30), que recienteme­nte cenó con Jasikevici­us, y que podría suplir el adiós de Calathes. Además, los canteranos James Nnaji y Michael Caicedo ganarán peso en el primer equipo aunque no está claro si seguirán con ficha del filial o no.

En plena digestión de los errores, en el Barça ya se mira al futuro. Toca asumir y trabajar.c

Jasikevici­us no es de los que abandona en la derrota y el club busca reforzar su figura

Davies, Smits, Hayes y quizás Calathes se irán; Vesely y Da Silva están fichados

‘si un nadador pretende nadar con las mujeres, debe haber transicion­ado antes de haber cumplido los doce años. ¿Quiénes están conformes?’.

196 de los 274 votantes dieron el OK. No era una respuesta unánime, pero sí suficiente como para sacar adelante la medida, pues se elevaba hasta el 71,5%.

Lo que pasa es que su lectura invita al desconcier­to. Hay quien se pregunta:

–Entonces, para competir entre las mujeres, ¿se está animando a los chicos a transicion­ar antes de los doce? naron. En Filadelfia, el doctor Alireza Hamidian Jahromi dijo a AP:

–¿Por qué se pone el límite en los doce años? La edad de la pubertad es distinta según las personas. La transición se basa en tres variables: la social, la hormonal y la médica. ¿Cuál de ellas observa la medida de la FINA? Es más, ¿qué paciente transicion­aría antes de los doce años? Eso es prácticame­nte imposible.

Como alternativ­a, la FINA habla de una categoría open, lectura tan abstracta como imprecisa en la que podría incluirse a un tercer género.c

 ?? Ni Duch ?? Sarunas Jasikevici­us, pensativo, sentado en el banquillo visitante del WiZink Center
Ni Duch Sarunas Jasikevici­us, pensativo, sentado en el banquillo visitante del WiZink Center

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