La Vanguardia (1ª edición)

Revlon logra que el juez de quiebras autorice un préstamo de 375 millones

- Franc sc P Nueva York. ir n on al

A Revlon se le ha descolorid­o el pintalabio­s. El efecto de las mascarilla­s contra la pandemia, por el que muchas mujeres se despreocup­aron de su aspecto, ha provocado que la recuperaci­ón del sector de la cosmética se haya ralentizad­o más de lo previsto.

Así que este gigante del glamur, uno de los iconos de la belleza con más historia, se vio obligado a presentar un concurso de acreedores en un tribunal de quiebras de Nueva York para reorganiza­r su deuda, de unos 3.500 millones de dólares, bajo el denominado capítulo 11, y poder seguir operando.

El juez David Jones aprobó de forma provisiona­l el préstamo de 375 millones propuesto por Revlon, tras el testimonio de que la empresa disponía de solo seis millones en efectivo y las dificultad­es que afrontaba para cumplir con los pedidos de los clientes minoristas.

Estos fondos deberán ser utilizados para apuntalar los problemas en la cadena de suministro­s que sufre la marca y que pondrían en peligro las ventas del mercado de cosméticos de esta firma en la potente temporada navideña. De esa cantidad, 300 millones se emplearán en operacione­s diarias, y 75 servirán para pagar deudas a subsidiari­as extranjera­s que no forman parte del concurso de acreedores en EE.UU.

La compañía espera recibir un total de 575 millones en financiaci­ón para su caso concursal. Los restantes 200 millones los solicitará en otra audiencia ante el tribunal prevista para julio. En su documentac­ión, Revlon no atribuye su caída a la pérdida de clientela, sino a no poder servir a la demanda de sus productos por “la incapacida­d para obtener un suministro suficiente y regular de materias primas”.

Robert Caruso, jefe de la oficina de reestructu­ración de la deuda, explicó al juez Jones que la empresa actualment­e podía cumplir con el 70% de los pedidos sin retrasos o cancelacio­nes, comparado con el 90-95% habitual

El icono del sector de la cosmética atribuye sus dificultad­es financiera­s a los problemas en la cadena de suministro­s

en esta industria.

“Si no somos capaces de conseguir dinero, restaurar nuestra cadena de suministra y servir a nuestros clientes, causaremos mucho daño al negocio”, aviso Caruso.

Fundada en 1933, Revlon, que cotiza en la bolsa de Nueva York, está controlado por el inversor multimillo­nario Ron Perelman. A pesar de su versión, los analistas sostiene que la marca tiene problemas en un mundo de redes sociales e influencer­s.

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NN ! " Y # $e%ter& Revlon cotiza en Wall Street

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