‘Mamá, soy mujer’
IHe compartido en mis redes mi transición y vaginoplastia. Transición de dónde a dónde. De un cuerpo masculino a femenino, mediante fármacos, hormonas y cirugía.
¿Construcción de vagina?
Mis testículos y pene son hoy mi vagina.
¿No se ha arrepentido?
¡No! Me operé el 17 de julio del 2020: ese día nací. “Mamá, soy mujer”, le dije.
¿Antes no? de la transexualidad?
Siempre me sentí mujer. Hoy soy una mujer transexual reasignada.
Podría decir “mujer” sin más.
Prefiero visibilizar mi transexualidad.
¿Qué significa “reasignada”?
Que me he asignado, mediante cirugía, los genitales que corresponden a mi género.
¿Era eso imprescindible?
No, mi mejor amiga es una mujer transexual no reasignada: con su pene es tan feliz como yo ahora sin pene.
¿Por qué decidió usted operarse?
Mi ilusión era feminizarme. Soy muy femenina, es mi opción como hay otras, porque no hay un solo tipo de mujer.
¿Qué le dicen las mujeres biológicas?
Algunas mujeres cis cuchichean, envidiosas de ver a una mujer trans más bella que ellas. Triste entre mujeres.
Siempre se sintió mujer, me decía.
Ya con cuatro añitos. Me vestía de mujer con trapos, usaba el maquillaje de mi abuela, pedía Barbies a mis padres...
¿Se las traían?
Sí, y siempre jugaba con sus cabelleras largas. ¡Mi sueño era tener ese pelo de mayor! De niña quise ser peluquera.
¿Se enamoraba de niños?
Decía que me gustaban una niña y un niño..., pero solo me gustaba el niño.
¿Y qué decían sus padres?
Creían que era un niño gay. Yo así lo creía.
¿Y no?
No, era chica en cuerpo de chico: transexual, vaya.
¿Cuándo supo eso?
Tendría 16 años. No había referentes más allá de Bibiana Fernández y La Veneno.
¿Y ellas no le servían?
No, porque yo no quería dedicarme ni al espectáculo ni a la prostitución.
Los padres que le parieron le llamaban Dani, y después de reasignada siguen llamándole Dani. Dani se ha cambiado los genitales para ser morfológicamente ante los ojos de los demás lo que siempre ha sido íntimamente para sus propios ojos: una mujer. Y una mujer muy femenina, en su caso. Es lo que ella quería, lo que le gusta, y lo tiene. Es feliz. Es una mujer guapa y conforme consigo misma. No quiere imaginarse qué hubiera sido vivir en una época pretérita donde no fuera posible transicionar como ella ha hecho en el 2020. Con muy buena pluma da cuenta de sus sentimientos y experiencias en el libro Mamá, soy mujer
(Planeta), que subtitula Diario de una chica trans.
En sus redes (DanielaSirena) muestra su vida como transexual, incluida su vaginoplastia.
Prefiero un hombre cis, porque los penes transexuales no acaban de quedar bien.
¿Tiene actualmente pareja?
Rompimos hace poco. Me gustan los chicos pijitos: que se vistan como para ir a los toros..., pero que no les guste ir a los toros.
¿Un poco progres, pues?
Sí, pero los chicos que me atraen... suelen ser de derechas. Mi chico votaba Vox.
¿No son contradictorios Vox y la transexualidad?
Sí. A él le dije que era transexual después de acostarnos.
¿Y él siguió con usted?
Pasó por su debate interior, el pobre. Y me aceptó. Hubo amor. Me presentó a sus padres. Se abrieron sus mentes.
Bravo.
Hoy ya no somos pareja. Él hoy vota al PP..., partido que aún pone obstáculos al colectivo transexual. El PSOE es el único que ha protegido a homosexuales y transexuales.
¿Ha pensado en ser madre?
Sueño con tener una pareja estable y monógama, porque yo soy celosa. Y entonces ser madre de dos criaturas.
¿Mediante úteros subrogados?
Sí, y usando mi semen congelado. Y otro hijo con el semen de mi pareja.
La transexualidad es una moda, denuncian algunos.
También decían que la homosexualidad es un vicio. No es una moda: es una opción vital que debe ser protegida.
Transicionar conlleva irreversibilidad, no es cualquier cosa...
Hay que vivirlo con alegría y humor, y de eso quiero dar ejemplo también. Antes de operarme monté con mis amigas una divertida fiesta de despedida de mi pene. Ah, y le procuré su última masturbación.
¿Y qué tal con su clítoris nuevo?
Respondió muy bien a su vez a una placentera masturbación, y cada vez mejor.