La UE intenta sin éxito aplacar el enfado ruso por Kaliningrado
Moscú advierte que por este bloqueo sufrirán los ciudadanos lituanos
La Unión Europea intentaba ayer martes contener el enfado de Rusia con la república báltica de Lituania, pero sin éxito. Moscú siguió advirtiendo que la limitación al tránsito de mercancías por ferrocarril entre su enclave de Kaliningrado y el resto del país es inaceptable y tendrá “serias consecuencias”, lo que se traduce en medidas de represalia que las autoridades rusas no han especificado pero aseguran que aplicarán próximamente y afectarán a la población lituana.
El Ministerio de Exteriores ruso convocó al jefe de la delegación de la UE en Rusia, Markus Ederer. Durante los 20 minutos que duró la reunión con Alexánder Grushkó, viceministro de Exteriores, el embajador expuso “la postura de principio de la UE relativa a la agresión rusa en relación a Ucrania” y explicó que las medidas adoptadas por Lituania no son un bloqueo. El tránsito de mercancías no incluidas en las sanciones de la UE continúa funcionando “con normalidad” a través de Lituania, dijo.
“Hemos intercambiado opiniones sobre la situación. He tenido la posibilidad de señalar claramente la posición de la UE, de que no se trata de una prohibición al tránsito, no se trata de un bloqueo”, señaló el diplomático alemán. Y defendió que el Gobierno de Vilna no tomó ninguna
Lituania limita el paso por tren a los productos que la UE incluyó en las sanciones que impuso a Rusia por la guerra
medida de forma unilateral contra Moscú, sino que puso en práctica las sanciones que Bruselas ha tomado contra Rusia como respuesta a la campaña militar que el Kremlin lanzó en febrero contra Ucrania.
Desde el pasado sábado, 18 de junio, Lituania comenzó a impedir el paso por ferrocarril de las mercancías incluidas en esas sanciones. Eso incluye, entre otras, metales, materiales para la construcción como el cemento, combustible y productos para la industria aeroespacial o equipo tecnológico para la liquefacción de gas natural.
Desde la capital de Lituania, su primera ministra, Ingrida Simonyte, y el ministro de Exteriores, Gabrielius Landbergis, insistieron en que no hay ningún bloqueo, como afirma Moscú. Según Landbergis, se trata de “la narrativa rusa, que es parte de su lucha contra Occidente: elegir un objetivo para movilizar a su sociedad”.
Ederer pidió que no se agrave la situación, y que esta se resuelva por los cauces diplomáticos.
Pero de momento, Rusia mantiene su posición. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, calificó el lunes la decisión lituana de “ilegal” y “sin precedentes”. La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, sostuvo que Vilna actuó de forma agresiva y que debe entender que Moscú “ya no está a la altura de (mantener) conversaciones”.
Nikolái Pátrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, aseguró ayer que la respuesta que dé el Gobierno ruso tendrá graves consecuencias para la población de Lituania. “Rusia reaccionará sin lugar a dudas a estas acciones hostiles. Las medidas correspondientes se estudian en formato interinstitucional y se aprobarán próximamente. Sus consecuencias incidirán gravemente en la población de Lituania”, afirmó desde Kaliningrado, donde se trasladó para abordar con las autoridades regionales el problema de la accesibilidad al transporte.
Kaliningrado, la antigua Königsberg, es un enclave ruso de la costa del mar Báltico encajonado entre dos países miembros de la UE y de la OTAN, Polonia y Lituania, y separada del resto del país. Por territorio de Lituania recibe suministros de otras regiones de Rusia por ferrocarril y gas natural a través de gasoducto. El gobernador Antón Alijánov, que valoró entre un 40% y un 50% las cargas bloqueadas, dijo el sábado que para compensarlo la región tendrá que echar mano del suministro por mar desde San Petersburgo.c