Muere el primer combatiente español en Ucrania
La familia del joven fallecido pensaba que su hijo trabajaba para una oenegé
El Ministerio de Asuntos Exeriores ha confirmado la muerte del primer español en el conflicto Ucrania, el mallorquín Ángel Adrover, de Felanitx, si bien por el momento la investigación apunta a que no murió en combate, una circunstancia que ya se sopesaba desde que se conoció la noticia de su fallecimiento. La últimas hipótesis apuntan a que no murió en el frente. Al parecer, el joven se encontraba en una zona de muy difícil acceso, lo que complica la investigación de las circunstancias y su repatriación desde Ucrania, algo en lo que ahora están trabajando las autoridades ucranianas.
El fallecido, un joven de 31 años de edad, se desplazó hasta Ucrania el pasado mes de marzo para participar en la guerra. En cuanto se conoció el fallecimiento, se informó de forma inmediata a la embajada española, que ha asumido la gestión de este asunto. El ministerio ya se ha puesto en contacto con la familia para ofrecerle la atención necesaria, así como para informar de la repatriación del cuerpo, que se producirá en los próximos días. El joven se desplazó desde Mallorca a Holanda antes de viajar a Ucrania y, ya en este país, recibió entrenamiento militar.
La familia del joven desconocía que se había alistado en combate y pensaba que había viajado a Ucrania como voluntario de una oenegé, según asegura su madre, Dolores Martínez, al diario Última Hora .La madre afirma también que el joven le dijo que se iba a Ucrania como voluntario para desarrollar labores humanitarias. La madre explica que un coronel del ejército ucraniano le envió un mensaje por WhatsApp donde detallaba que el fallecido, licenciado en Ingeniería de Telecomunicaciones, colaboró con el ejército en el área de telecomunicaciones en Lviv antes de entrar en combate.
En abril se hizo pública la cifra provisional de españoles que se habían sumado a la Legión Extranjera que combate en las filas ucranianas contra Rusia: un total de 12 combatientes. Todos ellos, según informaciones publicadas, estaban siendo monitorizados por el Ministerio de Defensa. La legislación española es muy permisiva con este tipos de voluntariado, como quedó patente cuando la Audiencia Nacional archivó el caso de combatientes de extrema izquierda que se sumaron a las filas prorrusas en el Donbass allá por el 2015.c