Vilagrà reclamará atender al Consejo de Europa sobre la democracia española
todo caso, el Govern incide en que no será “un retorno a la normalidad”.
La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, mostró ayer su “satisfacción” por la cita prevista hoy en la Moncloa. Pero la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, reiteró que “el inmovilismo no es una opción”. Y afirmó que el Ejecutivo catalán profesa escasa confianza a Sánchez
tras el escándalo del espionaje: “La palabra que más se aleje a satisfacción es lo que ahora mismo tiene el Govern respecto a cuáles han sido las explicaciones y las respuestas que ha dado el Gobierno español sobre el Catalangate”.
Vilagrà requerirá hoy a Bolaños, entre otras cuestiones, si el Ejecutivo central piensa atender al nuevo informe del Consejo de Europa que, según denunció Aragonès, “pone en cuestión los estándares y la calidad democrática española”, y demanda “poner fin al exilio y a la judicialización de la política”. El presidente de la Generalitat aseguró compartir también la demanda de una modificación de los delitos de rebelión y sedición en el Código Penal, y la preocupación por el cambio de criterio del Tribunal Supremo para revisar los indultos a los independentistas del procés.
Sánchez, además, es consciente de que la tensa situación con ERC deja en el aire la tramitación parlamentaria de proyectos clave de la coalición de Gobierno, como la ley mordaza, la de Vivienda o la de Memoria Democrática. Al tiempo, pone cuesta arriba un eventual respaldo de los republicanos al proyecto de presupuestos del Estado para el 2023, que el Gobierno ya está elaborando.
Otra cuestión que dificulta la relación entre ambos gobiernos, y en particular entre el PSOE y ERC, son los nulos avances en la mesa de diálogo para resolver el conflicto de Catalunya que, tras reunirse a mediados de septiembre con el compromiso de volver a hacerlo a principios de año, no permitieron nuevas citas de este foro, que muchos sectores independentistas dan ya por muerto y enterrado.
El fiasco de la candidatura conjunta entre Catalunya y Aragón para organizar los Juegos Olímpicos de invierno del 2030 es otro factor que envenena la relación entre las dos partes.c